Queiroz apostó por este once inicial en La Rosaleda.
Eran los prolegómenos del encuentro. El equipo español de Copa Davis, que
había sellado por la mañana su presencia en la final, recibía el aplauso de
los espectadores.
Pero en cuanto empezó la cita se vio que ésta no sería sencilla.
Por suerte, el Madrid dio primero. Beckham botó un córner, Zidane peinó la
pelota y Ronaldo empujó a la red.
Se jugaba el minuto 12, y el 0-1 motivaba la primera piña de los madridistas.
Había duelos por todas las zonas del campo. Romero intentaba frenar a Figo…
…A Raúl… Pero el control del juego era madridista.
El estado del campo no era el ideal, pero el juego al toque provocó
contraataques peligrosos de los blancos.
Y en éstos, Ronaldo no dudaba en encarar a sus rivales.
El delantero buscó el túnel para librarse de Litos.
El regate había sido perfecto y el brasileño se habría quedado solo ante Arnau...
...pero el central le derribó e impidió una clara ocasión de gol.
El Málaga intentó igualar la contienda a balón parado, pero no halló premio.
El juego no era brillante, pero el balón estaba más tiempo en los pies de los
de Queiroz.
Al filo del descanso, Raúl sufría un fuerte golpe en la cadera y pedía el
cambio. Guti entraría por el capitán.
Queiroz lo dijo en su rueda de prensa. El Madrid ganó por carácter, lucha y
determinación.
Nadie se libraba de la pelea.
El Málaga buscaba el empate con casta y el Real Madrid dar la puntilla con su
calidad.
Y Beckham sacó a pasear su repertorio. Extraordinario lanzamiento de falta del
inglés y 0-2.
El ‘23’ festejó por todo lo alto su diana. Tenía sabor a tres puntos.
Figo corrió a darle la enhorabuena…
…Y después lo hizo todo el equipo.
El Málaga, sin embargo, acortó distancias. Y, por momentos, puso en apuros al
Madrid hasta que en una perfecta contra Guti se plantó ante Arnau.
El ‘14’, con un perfecto toque, superó la salida del meta. 1-3, tres puntos de
oro y alegría justificada.