El Valencia ha derrotado con claridad y justicia a un Real Madrid, que tardó en entrar en juego, y que se enfrentó a un equipo cuyas virtudes son, precisamente, los defectos de los blancos. Una medular asentada y despierta, que recupera infinidad de balones, además de un crack como Aimar, que tuvo que retirarse lesionado y que lideró a los valencianistas, que se adelantaron por mediación de Mista, y que hicieron suyo un partido que sentenció Ricardo Oliveira.

Gol 1006 Mestalla cumplió su cometido, y la hostilidad con la que suele recibir al Real Madrid –afortunadamente sin incidentes - sirvió para que el Valencia aprovechase su primera baza. Los blancos tardaron en coger el ritmo al partido y el conjunto ‘ché’ lo aprovechó. Benítez sabía que tenía las de ganar en la zona central con una pareja de pivotes mucho más asentada que el tándem Beckham-Cambiasso.

Aimar se hizo fuerte entre líneas, y en los cinco primeros minutos, protagonizó dos acciones que mostraron muy a las claras el defecto más reseñable en un Real Madrid sin Helguera... ni Makelele. Precisamente, en esa segunda acción, el ‘Payito’ de Río Cuarto, a sus anchas, abrió a la banda para que Jorge López –muy participativo en el arranque- metiese un centro medido que ‘Mista’ remachó al fondo de las mallas.

Amago de reacción Rafa Benítez aprovechó a la perfección la ocasión que el destino y Queiroz le brindaron. El Valencia ha demostrado que es de esa clase de equipos que en casa cuentan con las armas suficientes para plantear un asalto a la Galaxia. Dos tapones y un genio capaz de poner en jaque a la defensa ‘merengue’. El tanto sirvió para descender al Real Madrid a la realidad. Y los blancos lo intentaron tímidamente. Pero Beckham no estuvo fino y sólo a balón parado se esperaba algo de los de Queiroz.

Mientras, Marchena y el canterano Navarro –sustituto del suplente Ayala- ataban a Ronaldo que no pudo repetir su magnífica actuación de la pasada temporada. El Valencia, lógicamente, acusó el amago de reacción blanca a pesar de seguir más vivos en los rechaces. Partido de poder a poder. Hasta que a la media hora, Aimar tuvo que enfilar el camino a vestuarios debido a una leve lesión y Benítez dio entrada a Ricardo Oliveira.

Lo de siempre Después de toda la semana hablando de Ayala, de banquillos quemados, de ‘estados de sitio’ y demás cuestiones extradeportivas que poco tienen que ver con lo que es el fútbol en su más pura esencia, el duelo Valencia-Real Madrid volvió a decidirse donde siempre: en el centro del campo. Albelda y Baraja, inconmensurables, ‘secaron’ a los Galácticos y propinaron que, por primera vez en muchísimos años, los blancos no dispusiesen de una ocasión clara de gol en ataque estático.

Queiroz no supo leer el partido y sentó a Guti antes de tiempo en sustitución de Portillo. La medular ‘ché’ se crecía y en una jugada desgraciada para el Real Madrid, llegó el segundo del Valencia. Oliveira acribilla a Casillas al aprovechar un rechace de Roberto Carlos a zambombazo de Baraja. Los ‘merengues’ intentaron enmendar el desastre, pero este partido tenía que ser para el Valencia, que iguala el mejor inicio de temporada su historia, con cuatro victorias y un empate, para colocarse líder provisional tras el pinchazo del Deportivo en El Sadar.

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