Mírenle cómo se ríe a mandíbula batiente jugando con el ajedrez del Madrid (AS Promotions) mientras que el intrépido Ribot, celestino nacionalizado platónicamente en Copacabana, vacila al crack para que se moje ante el hiper-ultra-mega-morboso retorno de Ronaldo al Camp Nou (y no hablo de ese Año del cochinillo que se cumple mañana con total impunidad). R9 podría pasar factura a todos aquellos que desde Barcelona le ven como un Judas Iscariote por haber buscado en el Foro su nirvana futbolístico, pero se limita a pedir “respeto hacia mi persona”. En Laporta City deberían darse una ducha fría y analizar que a Ronie lo echaron entre todos. Por unos flecos fiscales que hicieron creerse a Núñez el Robin Hood de los despachos, la afición culé perdió a un tipo que en un solo año les regaló... ¡45 goles oficiales!

0Rei es un hombre que en la capital ha encontrado todo lo que puede soñar un joven de 27 años. Buenos colegas, mejor gastronomía, clima sin extremos y un vestuario que lo adora porque sabe que con él en el campo “ya caerán los goles...”. Le miro y me recuerda su sonrisa sincera a la de Juanito Jones, un héroe infantil (Playhouse Disney, Canal 32, Digital +) que desde el jardín de la casa de sus papás vive fantasías increíbles con sus amiguitos. Ronie es igual. Necesita que los demás respeten sus sueños, porque él es muy agradecido y sabe corresponder a lo grande: goles y títulos.

Por eso lanzo desde aquí un ruego cariñoso al Bernabéu. No le quieran sólo cuando mete dos golazos al Marsella o al Athletic. Ronaldo es grandioso también los días que no ve puerta. Es el mejor nueve que ha tenido el Madrid desde Hugo Sánchez. Háganle sentirse uno de los nuestros. De lo contrario, llegará el día en que sea demasiado tarde...