Beckham, que hizo historia al anotar el gol 600 en Copa de Europa, y Ronaldo dejan al Real Madrid muy cerca del liderato. En un partido de alto voltaje, el cuadro de Queiroz marcó el ritmo que más le interesó e impidió que el Marsella tuviera serias opciones de victoria. El inglés, que se multiplicó en el centro del campo, demostró todo su potencial. Raúl Bravo tuvo también un partido notable al secar a Drogba. El tanto de Mido en el segundo tiempo fue neutralizado por Ronaldo diez minutos después. Zinedine Zidane recibió el cariño de la afición marsellesa cuando fue reemplazado a falta de cinco minutos por Guti. El Real Madrid se jugará la primera plaza de su grupo el próximo 9 de diciembre ante el Oporto en el Bernabéu.

Los saludos protocolarios entre Carlos Queiroz y Alain Perrin dejaron paso a un choque muy intenso donde ambos equipos tenían intereses bien distintos. El Olympique, con las bajas de Pérez y Marlet, ponía en la punta de su ataque a Mido y Drogba para intentar no quedarse fuera de la Champions. En el Madrid, sin Pavón, y con Cambiasso y Roberto Carlos de titulares, los objetivos eran bien distintos. Un triunfo otorgaba, prácticamente, el liderato de su grupo.

El OM salió acelerado, con ganas de ahogar al Madrid en su campo. Su técnico sabía que la presión podía hacer daño a su rival. Hendami y Celestini buscaban el robo constantemente para habilitar a sus delanteros. Frente a eso, toque y toque. Cambiasso y Beckham tocaban y recibían. Figo y Raúl se ofrecían constantemente. Zidane jugaba de salón y Roberto Carlos volvía a ser Roberto Carlos. Frente a toda esa intensidad, Ronaldo. El Fenómeno, como un guepardo dormido, aguardaba el momento de su ataque.

Misil teledirigido
Casillas sólo tuvo un sobresalto en la primera parte. Mido, ex del Celta, envió al limbo la mejor ocasión de los marselleses. El Real Madrid no quería el partido que le ofrecía su rival y optó por la paciencia. Esa paciencia tuvo su recompensa a dieciséis minutos del intermedio. Zidane, Roberto Carlos, Figo y Ronaldo conectaban y el resultado era una falta al borde del área. David Beckham, emulando a su compatriota Jonny Wilkinson en el pasado Mundial de Rugby, establecía el 0-1. Su lanzamiento, magistral, fue imparable para Vedran Runje. No fue un gol más, el inglés anotaba el gol 600 del Real Madrid en la Copa de Europa. Becks ya ha firmado una de sus páginas más bellas con la camiseta blanca.

El gol tuvo un efecto tranquilizante sobre los franceses, que parecían rendirse a la superioridad de su rival. La dureza mediterránea también se tomó una tregua. Ecker y Celestini pudieron acabar con Figo y Zidane en el vestuario. Anders Frisk no atendía a las reclamaciones de los madridistas que reclamaban una mayor rigurosidad a la hora de medir las entradas marsellesas.

Tanto inesperado
El marcaje de Raúl Bravo a Drogba, inmejorable, desesperaba a una afición que veía a su equipo incapaz de reaccionar. El Madrid seguía ejecutando su manual a la perfección y no pasaba apuros... hasta el minuto 60. Mido aprovechaba el primer centro al área tras la reanudación y batía a Casillas. Antes de lanzarse a una ofensiva total con la entrada de Sytchev (71´), Drogba pudo haber firmado la remontada. No fue así, y el OM pagó su inocencia ante la portería de Iker.

La calidad decide
Eran los peores minutos del Real Madrid. La razón, sencilla. No tenía el balón. Pero el fútbol es calidad, y de esa tienen los españoles a raudales. Con los franceses volcados, sólo se esperaba una contra. Y llegó. Beckham frenó un ataque francés, levantó la cabeza. Vio a Figo desmarcado. El luso condució el balón con elegancia, habilitó a Raúl, éste de primeras a Zidane, que devolvió al capitán y éste, de manera simple pero efectiva, le dejó en bandeja el tanto a Ronaldo.

Los decibelios del Velodrome bajaron alarmantemente. El partido regresaba a manos del Madrid, pero esta vez con sólo quince minutos por delante. Llegaron los cambios, Fernandao era la última bala local, y Solari tenía que entrar por un renqueante Roberto Carlos. Guti, a falta de cinco minutos, reemplazaba al héroe local, Zidane, que fue ovacionado por las cincuenta mil personas que abarrotaban el coliseo francés. El tiempo se agotaba y la soga apretaba al OM.

Pero el oficio del Madrid pesó más, y la victoria, y casi el liderato, viajaron a España. Casillas, siempre Casillas, evitó la igualada a poco del final. El mejor resumen, mucha personalidad de un equipo invicto en la Liga de Campeones y que afronta con moral muy alta el exigente mes de diciembre que le aguarda. El próximo 9 de diciembre, último exámen de la primera fase.

FICHA TÉCNICA:
1 – OLYMPIQUE MARSELLA: Runje; Van Buyten, Meite, Ecker, Christanval; Hendami, Celestini, Meriem, Vachousek (Sytchev 71´); Mido (Fernandao 80´) y Drogba.
2 – REAL MADRID: Casillas; Salgado, Roberto Carlos (Solari 80´), Helguera, Raúl Bravo; Cambiasso, Beckham, Figo, Zidane (Guti 85´); Raúl y Ronaldo (Rubén 94´).
GOLES:
0-1, min. 34: Beckham coloca en la escuadra de Runje una falta desde la frontal.
1-1, min. 62: Centro desde la banda de Meriem que remata Mido.
1-2, min. 72: Contra llevada por Figo, seguida por Zidane, continuada por Raúl que habilita a Ronaldo que marca.
ÁRBITRO: Anders Frisk. Amonestó a Vachousek, Raúl, Beckham .
INCIDENCIAS: 5ª Jornada de la Liga de Campeones en el Grupo F celebrada en el Estadio Velodrome de Marsella. 50.000 espectadores llenaron las gradas en la primera visita del Real Madrid. Alfredo Di Stéfano y Emilio Butragueño fueron los representantes españoles en el palco. Jean-Pierre Papin estuvo presenciando el choque. Más de 2.000 aficionados madridistas acudieron al recinto marsellés. Mejía y Núñez fueron los descartes de Carlos Queiroz.

Una información de José L. Sánchez
Fotografías de Ángel Martínez
Enviados especiales a Marsella (Francia)