A la tercera no fue la vencida... pero casi. El Real Madrid saldó con un valioso punto su visita a uno de los Estadios más incómodos de primera, ante un Osasuna impecable, que justificó su posición en la tabla y huele claramente a Europa. Los madridistas realizaron un partido muy serio, supieron sobreponerse al gol inicial de Bakayoko y dieron la réplica con un sensacional tanto de Ronaldo en la segunda parte. Beckham, el mejor junto al brasileño en las filas madridistas, tuvo que retirarse lesionado en los minutos finales, cuando más y mejor estaba jugando el conjunto de Queiroz.

Empate, y todos contentos, porque éste no es campo fácil ni un rival asequible. Y además el Madrid llegaba con serios condicionantes. Las ausencias anunciadas de Roberto Carlos, Figo y Zidane habían obligado a Queiroz a introducir cambios. Se apostó por un once más “clásico”, un 4-4-2 muy definido con Beckham y Solari en las bandas, Cambiasso en el vértice defensivo del rombo y Guti enganchando con las puntas, o intercambiando posiciones con el inglés, siempre tan combativo. Lo que no varió fue el espíritu, esa obsesión colectiva por controlar el balón desde el inicio. Y se intentó, a pesar de la enorme dificultad que les provocó la agobiante presión ordenada por Javier Aguirre.

En realidad, a ningún madridista le cogió de sorpresa, estaban sobradamente avisados. “No hay que dejarles respirar”, era el mensaje largamente escuchado en los días previos por estas tierras. Pero este Osasuna es mucho más que eso. Está entre los seis primeros por méritos propios, sabe jugar con criterio y jamás rifa un balón. Roba y sale con sentido, con una verticalidad endiablada, producto de la velocidad de sus puntas. Y si a ello unimos la hipermotivación ambiental que esta visita siempre genera en Pamplona, explicamos el dominio ejercido por los locales en los primeros 20 minutos, sencillamente impecables. Todo lo hicieron bien, incluido el gol de Bakayoko, en una acción de calidad. Hubo más, que llevaron un peligro constante al portal defendido por Casillas.

Y eso que el Madrid no estaba jugando mal, trenzaba con criterio, aunque sin la verticalidad de los locales. Aunque se fue mejorando, poco a poco. Cambiasso dio el primer aviso (22’), con un tiro lejano que salió alto. Luego Ronaldo (27’), con un chut que rebotó en Josetxo. Más tarde otro jugadón del brasileño (31’), que se fue de tres defensas pero su pase atrás no encontró dueño. Poco a poco y con muchísimo trabajo se lograba invertir la tendencia: las ocasiones cambiaban de portería.

Sería momentáneo, porque Osasuna cogió aire, aumentó su agresividad (tres tarjetas consecutivas) y recuperó el peligro, sobre todo en los pies del canterano Valdo y de Bakayoko, ayudados por Aloisi y Moha. La apuesta ofensiva de Aguirre estaba teniendo su premio. El Madrid buscaba el suyo. Ronaldo (44’) sin duda el más activo de los madridistas, acarició la escuadra en la última ocasión clara de esta entretenida primera parte.

Beckham al centro
En la segunda mitad hubo un cambio táctico, Beckham se posicionó definitivamente en el centro, escorándose Guti a la banda. Luego entraría Núñez para reforzar la banda derecha. El Madrid ganó en posesión, también porque Osasuna empezaba a ilusionarse con el marcador y no quería asumir riesgos defensivos innecesarios. Si además Valdo seguía complicándole la vida a sus ex compañeros de vestuario (Pavón, Raúl Bravo, el propio Núñez...), el partido era un guión perfecto escrito por Aguirre.

Todo parecía caminar hacia la tercera derrota consecutiva en El Sadar... hasta que apareció Ronaldo para justificar porqué es el delantero más letal del planeta. Su golazo ponía las tablas en el electrónico y sembraba de dudas al hasta ahora perfecto conjunto pamplonica. Nunca un gol hizo tanto daño. Ronaldo se aprovechó del desconcierto generalizado y lo intentó minutos después, con un tiro que salió cruzado. Las tornas habían cambiado. Ahora el partido era del Madrid, el balón y las ocasiones. La inoportuna lesión de Bekcham, el mejor en ese momento sobre el campo, enfrió las ansias madridistas. El empate parecía bueno para unos y para otros.

FICHA TÉCNICA:
1 - OSASUNA: Sanzol; Izquierdo, Josetxo, Cruchaga, Antonio López; Valdo (Webo, 77'), Puñal, Pablo García, Moha (Pinheiro, 67'); Aloisi (Rivero, 67') y Bakayoko.
1 - REAL MADRID: Casillas; Míchel Salgado, Pavón, Helguera, Raúl Bravo; Beckham (Borja, 86'), Cambiasso (Núñez, 63'), Guti, Solari; Raúl y Ronaldo.
ARBITRO: Arturo Daudén Ibáñez, del Colegio Aragonés. Mostró cartulina amarilla a Cruchaga, a Pablo García, a Bakayoko.
GOLES
1-0: Min.10: Bakayoko hace un recorte en el área y bate por alto a Casillas.
1-1: Min. 74: Buen servicio de Beckham sobre Ronaldo, que se va por velocidad y cruza ante la salida de Sanzol.
INCIDENCIAS: Estadio El Sadar, 18.000 espectadores. Partido correspondiente a la 13ª jornada de Liga.

Una información de Javier Palomino
Fotografías de Ángel Martínez
Enviados especiales a Pamplona