Raúl salva en el tiempo extra a un calamitoso Madrid en Butarque
18/12/2003 Madrid en Butarque
El Real Madrid estará mañana en el sorteo de
los octavos de final de la Copa del Rey después de vencer al Leganés (3-4)
con una importante cuota de sufrimiento en la prórroga, gracias a un tanto
de Raúl, y tras desperdiciar un 0-2 a su favor.
El conjunto blanco se paseó en los primeros
minutos y nada hacía presagiar el posterior drama escenificado en Butarque
entre ambos equipos. Remontada del Leganés, gol 'in extremis' de Solari y
tanto salvador de Raúl en el minuto 110 del partido fueron los ingredientes
de un encuentro con auténtico sabor copero.
El Leganés rozó la proeza después de remontar
los primeros goles de Beckham y Raúl, ambos con la inestimable colaboración
del portero Leyenda. En sólo diez minutos, los de Aimar, muy flojos y
blandos en toda la primera mitad sin ni siquiera recurrir a la garra
argentina, se encontraron con el empate gracias a sendos remates de Borja,
precisamente criado en la cantera blanca.
El 'invento' de Queiroz, que mantuvo en el once
a Beckham, Raúl y Roberto Carlos para dar empaque a los 'pavones' funcionó a
la perfección hasta que la fragilidad defensiva del equipo, un mal endémico
e irreparable, echó por tierra todo el trabajo.
Pavón, obligado a sustituir al desafortunado
Rubén, lesionado en su hombro, amplió las miserias blancas al anotar el
tercer tanto del Madrid en propia puerta. Desde entonces, el Madrid se vio
impotente para remontar, a veces con ese punto de indolencia habitual en los
partidos de talla menor.
Cuando el desastre ya iluminaba las portadas de
los periódicos, a dos minutos del final, Solari logró la igualada después de
que su disparo tocara en Vitali. El talento o la suerte del campeón salvaba
de nuevo al Madrid, que incluso había recurrido a la artillería pesada dando
entrada a Ronaldo, y enviaba el partido a la prórroga.
CÉSAR PROVIDENCIAL.
Antes del tiempo extra, César hizo de Casillas
y salvó un cabezazo de Kuhl que habría dejado fuera al Madrid.
Posteriormente se luciría con una impecable estirada a una chilena de Enría,
que hubiera significado el empate.
En la prórroga, ni Leganés ni Real Madrid
merecieron el tanto, ni siquiera lo buscaron con ahínco, especialmente los
de Queiroz.
Entonces, y como suele ocurrir en las situaciones
desesperadas del equipo blanco, emergió Raúl, ausente desde su primer gol, para
agarrar al Madrid, salvar su dignidad y llevarlo al sorteo de octavos.