Ronaldo a lo suyo, Zinedine Zidane
se va unos días y el Real Madrid no da señales de vida. Así está el panorama a
día de hoy, con el Valencia amenazando y, esto no lo tengo contrastado, Raúl
hirviendo porque no le gusta cómo funciona la tribu. A nadie, ni siquiera a los
jugadores, les puede satisfacer lo que está sucediendo en estos momentos. Y eso
que no han entrado todavía en el túnel del viento de este mes, donde produce
escalofríos constatar en que se les ha marcado por dos semanas el pensador y el
motor falla con estrépito. Ronaldo hizo su gol número cincuenta. Pues muy bien.
¿Y los otros goles del Madrid quién los mete? El brasileño va cumpliendo, sin
exagerar, con el rol que tiene asignado. Ya lleva quince goles de los 38 que ha
marcado todo el equipo, o sea, casi el cincuenta por ciento. ¿Qué es lo que está
pasando?
Dice Carlos Queiroz que está todo
planificado, programado y previsto. Que el de enero es un mes de arte y de
ensayo, que la curva de forma vuelve a subir más tarde y que no hay ningún tipo
de argumentos sólidos para pensar en baches de largo alcance ni en consecuencias
que puedan resultar funestas. Pero lo cierto es que no hay ningún equipo al que
le roben más balones, al que lleguen tanto a su portero y con tanta claridad,
que necesite tanto a su portero y a la suerte y que sea más previsible. Y si los
males no fueran suficientes todavía, se les lesiona Zinedine Zidane, que atesora
tanto talento como todo el grupo junto.
En el colmo del esperpento, el
problema importante ahora es para Benítez porque ha perdido un referente clave
para el partido de Copa del Rey: agobien y aburran al cerebro y que no respire
el goleador. La mitad del trabajo está resuelto. Sin el francés ya nada es igual.
En su lugar jugará Guti y el panorama es totalmente distinto para todos.
Desaparece una tarea esencial y aparece ahora un trabajo rutinario. El Real
Madrid post-Navidad es un equipo irreconocible, pero el mundo del fútbol es
imprevisible. Estos que ahora producen irritación y desencanto, mañana pueden
entusiasmar. El fútbol es como la vida: hoy te arrastras, mañana vuelas.
Servidumbre y gloria.
AS