21/02/2004 RONALDO EMPIEZA Y TERMINA      0 - 1 Ronaldo (Penalty) (m. 26)    1 - 1 Tamudo (Penalty) (m. 32)    1 - 2 Roberto Carlos (m. 53)    1 - 3 Raúl Bravo (m. 67)    1 - 4 Ronaldo (m. 69)    2 - 4 Lopo (m. 84)

Prólogo

Ensayo general de la final de Copa para el Madrid en Montjuïc, que como es norma tendrá más color blanco que blanquiazul en los graderíos. Es el día grande de las peñas madridistas en Cataluña y no desaprovecharán la visita de un Madrid menos galáctico por las ausencias de Beckham, Guti y Figo que esta en el banco.
Pero eso si con Zidane (felizmente renovado) por bandera, junto a Borja, el Madrid se presentará orgulloso de su liderato liguero, pero con media España pendiente de Muñiz Fernández.
En el Espanyol, y como avanzaba Tamudo (el mayor peligro, quizás el único), la garra es de lo poco que puede frenar al arte blanco.

Nudo

Primer Acto: Se veía venir durante toda la semana y apenas en media hora en Montjuïc se desató la gran tormenta, el huracán de los penaltis. Público, entrenadores, jugadores, realizadores, comentaristas, cronistas y demás familia se olvidaron de lo que pasaba en el campo salvo de lo que ocurriera en los límites de las dos áreas. Y pasó que en la del Espanyol se reeditó la escena del Ushiro-nage (versión Carlos García-Raúl) y Muñiz Fernández apuntó con su índice el punto de penalti. Gol de Ronaldo. Agradablemnte hemos visto a aquel Ronaldo de Barsa y del Inter con sus penaltis! Y sucedió que cinco minutos después Casillas derribó a Iván de la Peña... ¡¡¡Penalti!!! Gol de Tamudo.
El caso es que fuera de las áreas hubo un partido con mucha miga. Un encuentro con Borja y Zidane en el centro capeando el temporal de fútbol directo del equipo de Luis Fernández. La pareja ocasional intentó elaborar, pero el Madrid anduvo cojo en las bandas, con Juanfran impresionado y Solari tocado, y romo arriba, con Raúl algo ausente. Hadji, Maxi y De la Peña dibujaron un mejor panorama en el Espanyol antes del descanso.

Segundo Acto: El receso relajó decisiones e ironías y trajo aires nuevos al partido. Con los cambios de Figo por Juanfran y Cambiasso por Solari, Queiroz renunció a los postulados del equilibrio para recuperar el dibujo que da libertad a Zidane y aire de fiesta al equipo. Fue otro desde entonces el Real Madrid, que se comió literalmente a un Espanyol falto de aire. Mucho más cuando las conexiones comenzaron a dar corriente. En la primera, Zidane cambió el juego desde la derecha, Ronaldo la paró y se la dejó a Roberto Carlos, quien fusiló inmisericorde a Lemmens. Esto no fue Real, esto fue Brasil! Viva Brasil!
Fue ése el verdadero final del choque. El Espanyol, pese al postrero tanto de Lopo, se rindió a la evidencia y las starletts madridistas se dedicaron a gustarse en espera del choque frente al Bayern. Por ahí, entre la capacidad de creación de Zidane y la clarividencia de Raúl, se coló un gol de Raúl Bravo, invitado de lujo a la fiesta galáctica. El postre, cómo no, se lo comió Ronaldo, quien, con un quiebro fantasma y sin tocar el balón, tiró a Lemmens al suelo para firmar otro tanto marca de la casa. Que tanto! Lo aplaudieron hasta los seguidores del Espanyol!

Desenlace

El Real Madrid se olvidó de penaltis y polémicas en un partido que tenía toda la pinta de convertirse en dramático. Tras una primera parte llena de recelos, con dos penas máximas en la tarjeta de Muñiz Fernández, Carlos Queiroz recuperó el dibujo asimétrico, dio libertad a Zidane en la frontal del área y noqueó al Espanyol a base de fútbol de alta escuela. Una exhibición de 45 minutos coronada por uno de esos goles que sólo puede marcar Ronaldo. Viva Ronaldito!

Bruno, por mat. AS