En el Madrid no todo ha sido vino y
rosas en lo que va de temporada. A sus tres derrotas en la Liga (Valencia,
Sevilla y Real Sociedad, todas lejos del Santiago Bernabéu), hay que apuntar
cuatro remontadas que enderezaron idéntico número de partidos que parecían
caminar a un desastre. No hay más que recordar lo ocurrido el pasado domingo en
el Santiago Bernabéu. El Celta se marchó al descanso con 0-1 a su favor, después
de dominar al Madrid en una primera parte en la que el equipo madridista
adoleció de esa apatía que tanto se le critica; me voy de un partido y luego
vuelvo: siempre hay tiempo. En efecto, el Madrid regresó en la segunda mitad.
Marcó cuatro goles y dejó en nada lo que hasta ese momento era un buen partido
del equipo que prepara Radomir Antic.
No había sido la primera vez. Ya en
la primera vuelta, ante el Racing de Santander, el Madrid se vio obligado a
desplegar su mejor fútbol para remontar otro 0-1 inicial (acabaron 3-1). Luego
llegó Mallorca (1-3) y Valladolid (2-3), que ejemplifica mejor que ninguna otra
ese caminar del Madrid por la delgada línea que separa el éxito del fracaso. En
Zorrilla, el equipo madridista se marchó al vestuario perdiendo 2-0. Luego
apareció Ronaldo y su talento, para poner el 2-3 en el marcador cuando se
rebasaba el minuto 90 de partido. Antes, Figo había reconducido el partido
empatando a dos tras marcar un penalti. “En estos encuentros es dónde se ganan
las Ligas”, dijo aquel día el jugador portugués. Quizá tenía razón. Lo cierto es
que esa ambición del Madrid le ha supuesto 12 puntos claves para destacarse en
la clasificación por delante del Valencia y del Deportivo. Y es que el Madrid
también es el mejor equipo de toda la Liga en las segundas partes de los
partidos. Así lo demuestra que 36 de los 54 tantos que el conjunto madridista
lleva ahora a su favor se hayan convertido del minuto 45 al 90. En esas segundas
partes de los encuentros, el Madrid también encaja menos goles (14) que en la
primera mitad (15).
AS