Los onces saltan al coqueto estadio Luis II.
En el palco de honor, el partido se vivió con sensaciones encontradas. Mucha
alegría local, tristeza en los visitantes.
Zidane hizo algunas jugadas de lujo ante sus compatriotas.
Borja ocupó la demarcación del sancionado Beckham.
Figo lideró la banda derecha de los blancos.
La faceta creadora dependía de Guti, y funcionó bien en la primera parte.
Casillas tuvo mucho trabajo, sobre todo en la segunda parte.
Raúl se entregó a fondo. Marcó y gozó de las mejores ocasiones.
Eran momentos de alegría. Raúl había encarrilado la victoria y los jugadores se
felicitan por ello. Cómo cambiaría luego la cosa.
Guti y Ronaldo se abrazan, en presencia del goleador Raúl.
Helguera se fajó con los peligrosos delanteros del Mónaco.
Morientes y Zidane bromean durante la primera parte. Dos grandes amigos, hoy
frente a frente.
No estuvo tan inspirado como en ocasiones precedentes. Ronaldo no encontró el
camino del gol.
Salgado lo intentó todo, pero sin suerte.
En el palco, Valdano, Gento y Amancio sufrieron con la derrota de los suyos.
La tristeza se dibuja en el rostro de Raúl. Y contrasta con la alegría de
Morientes.
Ambos se funden en un abrazo final. La amistad está por encima de todo.
El gran capitán estaba desolado. Decía adiós a Europa.
Quizá recordaba esta ocasión, en la que tuvo la eliminatoria en sus botas. Pero
el balón se marchó alto. Le costará olvidar esta jugada.
|