La selección de Brasil, los
pentacampeones del mundo, han vuelto a Barcelona para
demostrar que de bien nacidos es ser agradecidos. Hace dos
años, el 18 de mayo, de camino hacia Corea del Sur y Japón,
ganaron 1-3 a la selección catalana, y en medio del buen
rollito prometieron que si levantaban la Copa del Mundo allá
por donde sale el sol, volverían al Camp Nou. Lo harán esta
noche, para dar las gracias por la suerte que les supuso el
roce con la selección cuatribarrada. Vienen con toda la
artillería, porque en el horizonte ya se recortan la silueta
de Argentina -rival en la clasificación para el
Mundial-2006- y de otro trofeo, menor pero no por ello menos
apetecible, como la Copa América.Con Ronaldinho ahora
convertido en maestro de ceremonias, porque juega en su
nueva casa (aquel mayo de 2002 marcó dos tantos), estarán el
próximo a incorporarse Belletti, los deprimidos madridistas
Ronaldo y Roberto Carlos y el descendido Edú, el imponente
Baptista y las dudas de Cafú, Roque Junior y Kaká, los tres
con lesiones de poca importancia. Hace una semana, en París,
no pasaron de un soso 0-0 contra Francia, pero la de hoy
tiene pinta de ser otra fiesta goleadora.
Ausencias. Ángel Pichi Alonso, el seleccionador de
Cataluña, ha tenido bastantes problemas para convocar a
suficientes jugadores competitivos para este amistoso.
Lesionados Tamudo (Espanyol), Luque (Deportivo) y Luis
García (Barcelona), tampoco ha podido echar mano de los tres
blaugrana que irán con España a la Eurocopa de Portugal,
Xavi, Puyol y Gabri.
Aun así, Pichi no llora y afronta este encuentro con el
mismo talante que hace dos años, con la consigna que Johan
Cruyff hizo famosa en los minutos previos a la final de la
Copa de Europa de 1992: salid y disfrutad. “Aunque esta vez
vamos a salir a plantar cara, a por todas”, bromeaba estos
días. Si Brasil está tan agradecido, quién sabe.
Posible adiós de Pep Guardiola
Aunque lleva dos años alejado de la alta competición,
Guardiola sigue teniendo la confianza del seleccionador de
Cataluña. Pichi Alonso no dudó ni un segundo en llamar por
teléfono al ex capitán del Barcelona y preguntarle si podía
contar con él para este amistoso contra la selección
verdeamarela. Pep tampoco se tomó demasiado tiempo para
responder que estaría encantado. Enrolado en el Al-Ahli
qatarí, donde ha sido distinguido como el mejor de la Liga,
Guardiola lleva varios días en Cataluña, de vacaciones
estivales. Esta noche volverá a lucir el brazalete con las
cuatro barras rojas, y ya se especula con que tal vez sea la
última vez.