Lo estropeó Florentino en la rueda de prensa del lunes: “No nos equivocamos al
prescindir de Del Bosque”. E intentó corregir el rumbo en Intereconomía, el
miércoles: “Hablaré con Del Bosque para que lleve la cantera”. El presidente
sigue ‘tocado’ después del hundimiento Queiroz y se enreda en piruetas
imposibles. El lunes se equivocó al echar otra pala de arena a un hombre
correcto, que hizo su trabajo honestamente, y al que respeta el madridismo.
Error electoralista, por lo tanto. Y, a la vez, mala onda para quien asume el
poder deportivo, Camacho, que es ‘compadre’ del técnico salmantino. El mensaje
quedó escrito en el cielo del Bernabéu y ahora Del Bosque no traga con una
propuesta de trabajo que le viene pequeña.
En justicia, a Del Bosque no le
debe ofrecer el Madrid menos de una dirección deportiva, o así. Con mando, con
decisión ejecutiva, con presencia en las actuaciones de la primera plantilla. A
un tipo con dos Champions, dos Ligas y una Intercontinental no se le puede poner
a seleccionar perlas en la cantera. Es engañarle, incluso menospreciarle. El
técnico es bonachón, pero no bobo. Tiene caché internacional, sabiduría y tablas
para sentarse en el banquillo de un buen equipo profesional con el que ganar
títulos y buen dinero. Del Bosque ha tenido que decir ‘no’ a Camacho porque le
ofrecen migajas en el Real Madrid. Florentino, en todo caso, no va a perder el
sueño por esto. |