Ronaldo consiguió mantener en vela al
sufrido espectador que aguantó hasta bien metida la madrugada para ver
el encuentro por televisión. Y mereció la pena. En realidad fue como un
sueño, había que frotarse los ojos para creerlo. ¡Milagro! Ronie ha
vuelto, ha recuperado el sprint que le hace único, la participación
continua en el juego, la garra por no perder el balón... Parreira ha
hecho en diez días lo que no fue capaz Queiroz y todo su equipo en no sé
cuántos meses. El 9 de la ‘canarinha’ jugó motivado, ambicioso y
eléctrico. Samuel certifi có en primera persona la exhibición del que
será su compañero, aunque el central argentino es inocente de pecado
defensivo, porque fue el mejor.Ronaldo voló con sus nuevas botas de
oro y cinco kilos menos de grasa. Volvió a asombrar en lo que siempre
fue experto: la explosión en cuarenta metros. Se sentía confiado, capaz
de desbordar por velocidad, más que por habilidad, enfi lando el camino
más corto hacia la portería contraria. Lo hizo media docena de veces y
en tres de ellas alcanzó el área para provocar tres penaltis.
Sólo Samuel supo atarle en corto cuando pisó su territorio. Incluso
en una acción, el argentino hizo gala de su fi ereza y le sacó a Ronaldo
la camiseta por la cabeza con tal de no permitirle un desmarque. Ese es
el central que necesita el Real Madrid, más o menos.
Ronie fue inteligente bajando diez metros a buscar el balón, pues así
se alejaba de Samuel y encaraba a la defensa argentina con el balón en
posesión, muy a su tradicional manera. La novedad es que estos slaloms
los ejecutó con la potencia de antaño, como un torbellino, siempre una
décima de segundo más rápido que el defensa que llegaba al corte. Hizo
ruletas, recortes, utilizó el tacón para revolverse y se apoyó en una
zancada poderosa para buscar los penaltis desesperados del enemigo.
Después, con serenidad y una confianza soberana, los transformó. Por
cierto, marcó cuatro, porque el primero se lo ordenó repetir el árbitro
con el mismo éxito.
Heinze le traba con todo
Ronaldo llega desde atrás, entrando por el vértice izquierdo del área,
en diagonal, con una velocidad escalofriante. Heinze no puede más
trabarle con todo el cuerpo antes de que encarase a Cavallero.
Gana el balón por rapidez
Esta imagen muestra la clave de las acciones de Ronie: una punta de
velocidad mayor que la del defensa. Mascherano llega bien al corte, pero
el brasileño toca el balón antes y es arrollado. Samuel fue testigo en
primera fila.
Cavallero le frena el ‘sprint’
La singularidad de esta acción es que Ronaldo llega al área después
de un sprint de treinta metros, escapando de la defensa argentina. Y
tiene aún fuelle para sortear a Cavallero en su salida. Penalti y gol.