Cuando Joan Laporta llegó la semana pasada, procedente de Brasil, sin el nuevo contrato de Ronaldinho, las luces de alarma se encendieron en el entorno culé: el crack aún no estaba atado. Sin embargo, el presidente azulgrana no mentía: sólo faltaba la firma del jugador. Pues bien, ahora ya está. Aunque de manera un tanto extravagante (Ronaldinho envió su OK vía fax desde México, donde se encuentra invitado), el nuevo ídolo del barcelonismo se comprometió por escrito a cambio de contraprestaciones.

Lo que separaba a Barça y Ronaldinho era, como es obvio, el dinero. El jugador (el quinto mejor pagado de la plantilla) quería un buen pico por no marcharse al Chelsea (Roman Abramovich le había ofrecido 9 millones de euros) sin que su cláusula de rescisión (100 millones) no se viese afectada. Laporta estaba dispuesto a una cierta subida a cambio de elevarla a 170 millones. Como en cualquier negociación, al final se ha encontrado el punto medio: Ronaldinho pasará a ser el mejor pagado de la plantilla (de 3,8 millones a 5 netos) y percibirá más de lo previsto por incentivos. Hasta el punto de que si el Barcelona lograse varios títulos (la Liga y/o la Champions) podría llegar a cobrar esos 9 millones anuales que le prometía el magnate ruso.

Impuestos. ¿Qué gana el Barça? Atar al crack hasta 2008 (el tiempo de duración del contrato no varía) elevando la cláusula hasta los 150 millones para que Abramovich deje de molestar. Otra de las claves del contrato es que Ronaldinho percibirá más dinero neto porque pagará menos impuestos: los asume el club...

En México, vendiendo bebidas

Ronaldinho fue ayer el gran protagonista en México DF, en donde hoy servirá de enganche para la campaña de promoción de una empresa fabricante de bebidas (sin alcohol, claro). Como AS publicó hace días, Ronaldinho (como Ronaldo, Cafú y Roberto Carlos) no jugará la Copa América y está ya de vacaciones. Se le espera en Barcelona el 16 de julio para iniciar la pretemporada.

No hay salida para Kluivert y Overmars

Como en el rótulo del Metro, en el Barça intentan que antes de entrar (los fichajes) dejen salir (los que sobran). Anoche se reunieron Joan Laporta y su guardia de corps (Rosell, Soriano, Begiristain, etc.) para tratar un tema que empieza a ser peligroso: qué hacer con Patrick Kluivert y Marc Overmars. Ninguno sirve para el nuevo proyecto y ambos hablan de ofertas que nunca llegan. Especialmente sangrante es el caso de Kluivert, que le cuesta 9 millones de euros al Barça (gentileza de Joan Gaspart) y que si no se va ha de seguir cobrándolos. El Barça no quiere venderlos a la baja y las negociaciones se endurecen.