Ronaldo, Roberto Carlos y Michel Salgado retornaron
ayer a los entrenamientos del Real Madrid en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas,
uniéndose a los trece jugadores que ya estaban a las ordenes de José Antonio
Camacho.
Nada más saltar al césped, los tres internacionales se presentaron,
sonrientes, al nuevo equipo técnico blanco. Y se pudo ver a un Ronaldo más
estilizado y en buena forma, al que le ha sentado muy bien el trabajo físico
realizado en Brasil. Lo corroboró después el doctor Hernández, quien señaló tras
el entrenamiento que los tres futbolistas habían regresado en perfectas
condiciones.
Camacho dividió el grupo en dos, y mientras los trece jugadores que se
incorporaron días atrás hicieron carrera continua, los tres últimas
incorporaciones, más Rubén, tuvieron que pasar una prueba de esfuerzo con una
máquina nueva que calibra la intensidad de trabajo de los integrantes de la
plantilla.
Los brasileños no parecieron muy conformes con los pitos que emitía
continuamente la máquina y se pasaron toda la prueba bromeando sobre la
fiabilidad de la misma. El ambiente fue muy distendido, ya que mientras Carcelén
pedía a Ronaldo que diese diez vueltas alrededor de los pivotes, el delantero
brasileño le intentó regatear pidiéndole cinco. Al final, Ronie claudicó y,
entre risas, cumplió con lo que le ordenó el segundo entrenador. Mientras, el
resto de futbolistas hicieron ejercicios con el balón. Camacho preparó un seis
contra seis, partidillo que se alternó con carrera continua.
Sólo faltan nueve.
Tras comer y dormir la siesta en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, los
jugadores blancos afrontaron una breve sesión vespertina que sirvió para
refrendar el trabajo realizado por la mañana. Con la llegada de los brasileños y
Salgado, Camacho ya sólo está a expensas de las incorporaciones de los
internacionales que disputaron la Eurocopa (menos Figo), más Samuel y Mejía, que
tiene unos días extras por su participación con el filial en la liguilla de
ascenso a Segunda.
Gaspar
aplicó la tecnología a su test de resistencia
Fernando Gaspar, el preparador físico blanco, no escatima en medios en el
trabajo de la plantilla. Ayer, los brasileños, Salgado y Rubén realizaron un
test de resistencia informatizado, destinado a calibrar la intensidad de sus
entrenamiento y en el que los datos eran transferidos al ordenador de Gaspar.
Los brasileños no se mostraron muy conformes, y mientras Ronie intentó destruir
a balonazos la barras que medían el esfuerzo, Roberto Carlos calificó después el
sistema como una máquina terrible.