La seguridad es una obsesión allí por donde va el
Real Madrid. Las avalanchas de gente que siguen al conjunto blanco convierten
cada concentración y cada viaje en toda una aventura. En Montecastillo, por
ejemplo, se ha tenido que redoblar el número de efectivos para controlar a los
aficionados.
Ayer, más de 200 personas se quedaron fuera del complejo sin poder entrar a ver
el entrenamiento de los jugadores madridistas. Dentro, unos 1.000 aficionados
observaban desde una grada el trabajo de Camacho y sus jugadores. Ahora mismo,
en Montecastillo, unos 35 efectivos se reparten las medidas de seguridad. 16
guardias civiles, cuatro motos todoterreno de la Policía Local, otros 12
guardias de seguridad privada más los tres efectivos que lleva siempre el Real
Madrid en sus viajes. Incluso el jefe de la comandancia de la Guardia Civil de
Cádiz, Antonio Dicha, estuvo ayer por la mañana supervisando personalmente todo
el dispositivo preparado para que nada quede al azar.
De momento, ayer un espontáneo tuvo la osadía de salir en busca de Portillo para
que le firmara un autógrafo. No pudo conseguir su objetivo. La Guardia Civil se
lo impidió. No será el último. |