No hubo lugar para las polémicas, para las ayudas
arbitrales, para que si el factor campo... Sin paliativos. El triunfo de los
representantes del Real Madrid en Montecastillo fue abrumador. Con José Antonio
Camacho ejerciendo de ¿árbitro?, el partido puso el broche perfecto a días diez
de excelente ambiente en las instalaciones jerezanas. Eso sí, el conjunto
madridista contó con la inestimable ayuda de Emilio Butragueño, Chendo o Pepe
Carcelén. Aún así, el 5-0 con el que se llegó al descanso, era el fiel reflejo
de la superioridad local, ante el alboroto de la plantilla, que presenciaba el
choque desde la banda. Raúl ejerció de técnico y su estrategia no pudo tener
mejor resultado. ¿Será el sucesor de Camacho?
Antes
de empezar todo eran abrazos, saludos y alegrías. Cuando Camacho pitó el inicio
del encuentro se acabaron las amistades. La pierna se metía y los codos no se
escondían. El calor era intenso, y la gran preparación física de los jugadores
ayudaba a superar el trago. Pronto se pondría en ventaja el Otro Madrid.
Butragueño marcaba el ritmo y los extremos hacían el resto. El Dr. Del Corral y
Chendo eran un muro infranqueable para los periodistas, que apenas llegaban con
peligro. Así, 5-0 al descanso.
Al principio, Guti y Raúl representaban a la plantilla, pero minutos después no
faltaba nadie. Claro está, no hay que decir que sus gritos de ánimos eran
constantes. La segunda parte no deparó más sorpresas. La afición tenía su
jugador preferido, y ese era Pedro Chueca, uno de los fisioterapeutas, que con
su clase, volvió loco a los espectadores.Alguna decisión dudosa del colegiado,
como la que provocó el único tanto de la Prensa, de penalti, y en el último
minuto. Eso sí, su autoridad quedó patente. Nadie, absolutamente nadie, protestó
su decisión. Al final, buen ambiente, y como los jugadores, a la piscina. |