Los argentinos estamos llorando esta derrota contra
Brasil porque éramos campeones faltando diez segundos para el final del partido.
Pero ciertos medios argentinos le dieron tanta importancia a este torneo que el
pueblo está más triste de lo que merece esta Copa de cuarta. Faltaron grandes
figuras en el torneo y quizá el equipo más completo fue el argentino. Fue la
mejor selección y debería haber sido la campeona, pero se encontró con ese
Brasil que se puede dar el lujo de formar una selección en Copacabana o en el
Carnaval de Río y ganarte el campeonato.
Mientras que todos los equipos se vuelven locos con el sistema, que si doble
pivote, que si asfixiar, que si uno aparece por el costado, que si el mediapunta
baja..., Brasil apuesta por la pelota y el juego, y éste le responde. Desde que
tengo uso de razón y aprendí este juego, conocí a una Brasil que no cambió,
respetando el 4-4-2 y haciendo lo más importante que tiene el fútbol: hacer
correr la pelota. Brasil hace correr la pelota y los demás equipos del mundo
corren detrás de ella.
Les metieron un gol y no perdieron la calma. Empataron y no se volvieron locos.
Y en los penales, que son un cara o cruz, demostraron que la pegada del negro
brasileño es distinta a la de cualquiera. Brasil tiene un plus al margen de que
jueguen bien, el plus del señor iluminado para el fútbol. Y en este torneo lo ha
sido Adriano.
Para mí, Brasil le ganó con un solo jugador, que se llamó Adriano. No es el
Ronaldo de los 23 años, pero lleva camino de ello. Tiene cuerpo, velocidad y
veneno de cara al gol. En la final se dio el lujo de ser letal en los momentos
decisivos. Primero, cuando a segundos para el descanso forzó una falta que dio
lugar al primer gol canarinho. Y luego, a punto de pitarse el final del partido,
resolviendo en el área, a la media vuelta, con el gol que forzó la prórroga. En
el fútbol te pueden marcar 11 jugadores, pero en un segundo un crack echa todo
ese trabajo por la borda. Y ayer, ese crack, fue Adriano, el futuro socio de
Ronaldo en la delantera canarinha.
Luisao pasó la noche en el hospital
Luisao, que debió ser trasladado en una ambulancia tras sufrir un golpe en la
cabeza en la final, se encuentra bien, aseguró un portavoz de la selección
brasileña. El defensa del Benfica, que marcó el primer gol de Brasil a los 46
minutos, fue ingresado en la clínica San Felipe de Lima. Un portavoz de la
selección explicó que la lesión de Luisao no reviste gravedad tras haber sido
sometido a una serie de exámenes médicos. Pese a que sufrió un golpe en la
cabeza durante el segundo tiempo, Luisao permaneció en el campo durante algunos
minutos hasta que en el 81 fue sustituido por Cris. |