El Real Madrid alcanza finalmente
la Champions. Lo contrario hubiera sido una catástrofe, y más tras la
renta obtenida por los blancos en el choque celebrado en Polonia. El
partido fue poco menos que una pachanga veraniega, y de esta forma el
conjunto blanco cierra definitivamente cualquier vínculo con la
desastrosa temporada anterior. A partir de ahora, al bombo, como
cualquier otro equipo.
A Camacho no le van los tonteos, y por ello no dudó en colocar a su
equipo de gala (ausencias aparte). Y tuvo que ser Ronaldo el encargado
de ’estropear’ la poca emoción que de por sí parecía traer el envite.
Cuando muchos aún no se habían ubicado en su localidad, el ’eterno feliz’
dejaba su señal. Un buen pase de Figo por banda fue tocado levemente por
’Ronie’ para inaugurar la noche.
El tanto sirvió para que se produjera una sesión de artistas, comandada
un día más por Zidane. Al francés se le ve fresco, y dio una portentosa
exhibición ante, eso sí, poco menos que una banda de amigos. Su calidad
es incomparable en el mundo, y es, tal vez, el jugador que más
expectación levanta en todo el mundo cuando tiene el esférico en sus
pies.
Mientras tanto, el carril diestro de los blancos era un continuo
monopolio de Salgado y Figo, que entraban como Pedro por su casa. Una
vez más, el luso ha mostrado su inteligencia. Es increíble como habiendo
perdido mucha velocidad, siga teniendo la misma facilidad para romper a
sus perros de presa. Una barbaridad, de verdad.
Fue en un centro desde la derecha, de Míchel, cuando Ronaldo anotó el
segundo. Buena forma de callar a sus críticos. Un doblete y un par de
carreras que enloquecieron a la parroquia blanca. Es lo que se le pide,
no vaya a ser que se desgaste.
La avalancha madridista era devastadora. A Figo se le veía especialmente
con ganas de marcar, pero se topó con el gran Madjdan, que como suele
suceder en estos encuentros tan desequilibrados, es el mejor del equipo
inferior. Le podían haber caído más de diez, y no es para nada una
exageración.
Los polacos se dejaban ver de vez en cuando, pero Casillas ha estado
atento. Es difícil para un arquero pasarse la noche en frío y luego
responder un par de veces, pero Iker ha estado espléndido también.
En la segunda parte, y ya en plena verbena, vimos a un Camacho listo.
Con el choque resuelto introdujo a Guti y Morientes. Especialmente
elocuente ha sido el recibimiento al delantero. Su retorno ha sido
calificado como muy acertado, a tenor de lo expuesto por la grada.
El Madrid buscaba la goleada, pero entre Majdan y la mala puntería, el
conjunto merengue hubo de conformarse con tres goles. Y Camacho ha dicho
que tenían que haber marcado más tantos...
Ya, en los prolegómenos, un gol simbólico, el de Pavón, que con la
llegada de Woodgate lo tendrá en chino para ganarse un puesto. Pero
mejor no hablar tanto, que ni ha empezado la Liga. Leer este texto y sus
dudas en mayo puede provocar más de una carcajada...y es que el fútbol
es tan cambiante, o más, que la vida. |