Nudo
Primer acto: Salió con todo el Madrid buscando reencontrarse con
su identidad galáctica. Zidane, Guti, Figo, Raúl, Ronaldo y Owen. Casi
nada. Los cuatro balones de oro juntos y al ataque. Sin concesiones.
Ronaldo y Figo ya crearon las primeras oportunidades al comienzo, aunque
el rival, como también es norma, se creció por momentos e hizo sudar a
Casillas. Nada nuevo, pues.
El Madrid, en una tónica general positiva, se gustó a veces y hasta
Zidane, ausente Beckham, se largó una falta al poste de Shovkovsky. Pero
pasaban los minutos y no llegaba el gol en forma de abrelatas. Por el
camino se quedó un probable penalti de Pavón a Kleber y un remate de
Shatskykh. Así hasta el 1-0, creado por Ronaldo, que se fue por la
izquierda y centró para el remate a lo Raúl (desde cerca) de Owen.
Papeles cambiados aunque gol, que es lo que cuenta y más para elevar la
autoestima de este inglés tímido, poco mediático pero buen futbolista.
El primer tiempo acabó con susto. Y gordo. Cabezazo de Grvrancic y
paradón de Iker. A la media hora, poco antes del tanto, el Madrid se
quedó sin Figo, arrollado por un tren llamado El Kaddouri. Solari entró
por el portugués.
Segundo acto: En un segundo tiempo lamentable, el Madrid enterró
la buena imagen precedente, la buena estrella de la primera mitad. El
Dinamo, aunque blandito arriba, dominó como si fuera el equipo local del
Bernabéu. Ante un Madrid como asfixiado y temeroso de Dios, los
ucranianos (bueno, el United Colours of Benetton que son) apretaron de
lo lindo para toparse con un inmenso Casillas, quien merece ya un sueldo
de galáctico.
El Madrid tuvo sus llegadas, siempre al contragolpe, pero Ronaldo y Raúl
pifiaron las mejores. Todo ello antes del último cuarto de hora, el del
acoso final de los de Kiev. Kleber fue quien más cerca estuvo de empatar,
pero la manopla de Iker salvó, una vez más, a su equipo. Owen, por el
gol, fue despedido con aplausos, los mismos que recibió el último de la
fila que es, Morientes, cuando entró por Ronaldo para jugar apenas diez
minutos. El último balón fue inquietante, con el portero ucraniano
subiendo a rematar. Pero la agonía dio paso al relajo por la misión
cumplida.
Desenlace
Objetivo cumplido, aunque el fútbol madridista sigue bajo sospecha.
Casillas, en una noche mágica, le dio al Madrid la seguridad atrás,
además de que al Dinamo le faltó siempre un 'killer' del área para
marcar. Pero lo importante era ganar esta primera final y se consiguió,
Con seis puntos, los mismos que Leverkusen y Dinamo, el Madrid viajará a
Kiev también obligado a puntuar. Ronaldo, por cierto, cuajó una de sus
mejores actuaciones pese a no encontrar el camino del gol. Fue quien
asistió a Owen. |