Mientras la Liga siga así será difícil que
el Barcelona no levante el trofeo de campeón. La semana pasada, ante la
Real Sociedad, demostró que sabe ganar sin jugar bien. Anoche, contra un
flojo Racing, sumó tres puntos más, pero esta vez con una goleada tan
merecida como terapéutica. Porque había dudas en el entorno y en el
vestuario, la comezón propia que generan los nervios por advertir que
las fuerzas flaquean, que ya no es todo tan fácil ni tan bonito. Por eso
el 3-0 al Racing es más que un triunfo, también un bálsamo para esta
plantilla que espera como un maná la llegada de refuerzos.
Muy pronto se vio que el Barça saldría a buscar el partido con una
actitud decidida. A diferencia de lo que ocurrió hace una semana, cuando
sesteó hasta hacerse irritante contra la Real Sociedad, el equipo de
Rijkaard apretó las filas, presionó muy arriba, en terreno del Racing, y
ejecutó cada contraataque con la precisión de un cirujano. Xavi fue el
primero en encontrar el camino recto hacia la portería. Puso un pase
milimetrado para Etoo, que el camerunés no controló del todo bien, pero
con una aceleración que ya quisieran para sí muchos coches deportivos,
dejó clavados a Oriol y Moratón y encaró a Aouate; el portero salió
tarde y, claro, Etoo tuvo espacio y tiempo para meter el derechazo abajo.
Quince son los goles que lleva el pichichi del Barça.
Apoyado en la labor de corte de Márquez y Deco, muy activos y con la
punta de agresividad que pide Rijkaard, Xavi volvió a ser la manija del
líder de la Liga. Y cuando juega Xavi juegan todos. Incluso el ahora
grisáceo Ronaldinho, que en comparación con el de la pasada campaña
parece que haya desteñido. Aun así, puso un buen par de pases en
profundidad para Giuly, pero el francés, como ante la Real, siguió
fallando en la definición.
Con nueve. El Racing aguantó como pudo los embates del rival, y dejó a
Víctor como un observador a la distancia. Sufrieron Regragui y Torrado
para contener a Ronaldinho, sufrieron Oriol y Moratón con las
apariciones de Etoo, sufrieron Juanma y Regueiro en los relevos
defensivos por la izquierda, sufrieron Aganzo y Javi Guerrero la soledad
del delantero que es presa fácil de la defensa rival. El Barça se dio el
lujo de irse al descanso sin haber pasado peligro incluso cuando dio la
impresión de que jugaba con nueve, porque Oleguer está en baja forma y
Gio apenas si pasó del mediocampo.
La segunda mitad le resultó mejor. Con un Belletti hiperactivo, profundo
en la subida y como un correcaminos para llegar al corte en situaciones
imposibles (como cuando madrugó a Regueiro), el Barça siguió complicando
al Racing. La entrada de Sylvinho equilibró las bandas, mientras que
Arizmendi no mejoró lo hecho por Aganzo. Ronaldinho se inventó un 2-0
precioso. Lucas Alcaraz buscó una reacción con Morán y Parri; pero no. A
cambio, un par de minutos después, se llevó el tercero, tras un
afortunado tiro de Deco que desvió Moratón. Rijkaard hasta se permitió
poner a Gerard, que no jugaba desde hacía meses. El Barça cabalga con
firmeza. Y confía.
Márquez pisó a Aganzo
Ocurrió en la primera parte. El mexicano del Barça y el delantero del
Racing pugnaron por un balón cerca de una esquina. Aganzo fue al suelo y
Márquez le dio un pisotón. |