Me choca lo de Gerrard. Se puso en rebeldía
en su equipo, pero el Madrid se ha echado atrás. Al tiempo, trata de
sacar a Robinho por poco dinero y se encuentra con la paradoja de que
cada día le piden más, en lugar de menos. Pablo García y Diogo pueden
tener un valor para hacer plantilla, pero son poco ilusionantes además
de baratos. Empieza a dar la impresión de que el Madrid ya no ata los
perros con longanizas y que se tiene que tentar mucho la cartera antes
de hacer un fichaje rumboso. Sólo hace un año se gastó 47 millones sin
pestañear en dos centrales de poco vuelo y luego se permitió el adorno
de Owen. Ahora mide mucho el euro. Algo está pasando. No es lo ideal. Lo
ideal es empezar el trabajo con los que van a jugar y se puede admitir
que quede algún fleco, pero de unos años acá el Madrid ha entrado en una
cierta confusión a la hora de hacer la plantilla que se traduce en
soluciones finales apresuradas. Ocurre un poco que importa sólo el
primer equipo, los once de la fama, y en el resto no se piensa. Y luego
ocurre que se lesiona el lateral derecho y se desmorona todo. Este
verano el Madrid ha estado ilusionado con Robinho y Gerrard. El primer
caso se ha complicado y el segundo ha volado y quizá por esos afanes se
ha descuidado el resto. Y seguimos a la espera de noticias de Sergio
Ramos, el otro fichaje esperado.El Madrid vuelve hoy a los
entrenamientos con las salidas de la plantilla de Solari, César y
Celades y las adquisiciones de Pablo García y Diogo. Y Woodgate sin
curar. Y Samuel, Owen y Figo sin ser vendidos. Y una pila de canteranos
sin destino conocido. Hablo de los que regresan de cesiones (Miñambres,
Rubén), de los que estaban (Mejía, Borja, Raúl Bravo, Portillo) y de los
que aspirarían a estar tras el logro del ascenso de categoría del equipo
B (los Javi García, De la Red, Juanfran, Soldado). De estos últimos sólo
hay uno seguro para el primer equipo, Diego López, que será suplente de
Casillas. En fin, que el Madrid vuelve con la plantilla borrosa, sin
definir. |