López Caro ha tomado el mando con mano firme. Ayer
dirigió a los galácticos por primera vez y ya se atisbó un cambio en los métodos
de entrenamiento. Si Luxemburgo era un maestro a la hora de motivar a los
jugadores en sus charlas de vestuario, López Caro hace lo propio, pero a pie de
campo, a viva voz. El técnico salió del túnel de vestuarios para iniciar la
sesión de por la mañana, acompañando a Ronaldo. Ambos recorrieron los 40 metros
que hay hasta el centro del campo entre confidencias. Y después, todos los
jugadores se arremolinaron en torno al técnico.
La charla fue corta, sólo duró cinco minutos, y en ella se explicó lo que se iba
a realizar durante la sesión. Caro dio por concluido el encuentro dirigiéndose a
Beckham, el ídolo mediático, al que gastó una broma que hizo reír a todos sus
compañeros. Era el momento de trabajar.
Fue ahí donde Caro intentó imprimir mayor intensidad al trabajo de los suyos.
Tras una exigente primera hora de acondicionamiento físico, en la que se
realizaron varios ejercicios, llegó el momento de tocar el balón. El técnico no
quiere que se realice ningún ensayo con dejadez, y así se lo hizo saber a los
jugadores cuando gritó: "Máxima agresividad, máxima intensidad, el cien por cien
de cada uno". Dispuestos en cuatro filas, los jugadores tenían que driblar a un
defensa y disparar a puerta justo antes de llegar al área. "¡Los dos que menos
goles metan tendrán que hacer cien abdominales!". Uno tras otro, los futbolistas
fueron golpeando el balón. "¿Quién quiere hacer abdominales?", volvió a gritar.
Caro no iba de farol, Helguera y Guti acabaron a ras de suelo moldeando su
musculatura abdominal.
Ronaldo fue seguido con lupa. El técnico habló cariñosamente con él en más de
una ocasión, tantas como fue necesario para que completara los ejercicios. Una
vez más, el brasileño se quedó rezagado en alguna carrera. Él y Roberto Carlos
conversaron otra vez con el técnico al realizar los estiramientos. Hubo sonrisa
en la cara de los tres. No hay problemas con los brasileños.
El único problema llegó por la tarde. Cuando Ronaldo se echó la mano al aductor
de su pierna derecha. Se trata sólo de una sobrecarga. Terminó la sesión con
molestias y el examen posterior determinó una ligera sobrecarga que no le
impedirá comandar el ataque del Madrid en el partido ante el Málaga. Caro lo
dejará entre algodones estos días. |