04/02/2005
4-0: El Real Madrid sigue de fiesta

Siete de siete. El Madrid disfruta de su idilio con el fútbol. Los blancos juegan bien, ganan y, como esta noche, golean. Zidane -dos-, Guti y Ronaldo firmaron la victoria ante un Espanyol que nunca halló respuestas ante el vendaval de juego blanco. Llega el tramo decisivo de la temporada, y hay buenas noticias por el Bernabéu: Este Madrid no deja de crecer...

López Caro apostó por las rotaciones. Volvía Ronaldo -por Baptista- y Mejía y Woodgate formaban una inédita pareja de centrales, mientras que Cicinho se mantenía como lateral derecho pese a la recuperación de Salgado. Con ese once, el Madrid salió mandón, tras los primeros minutos de tanteo. Robinho y Cicinho lo intentaban por las bandas, mientras que un Zidane muy participativo les surtía de buenos balones. El Espanyol, pronto se vio, se limitaría a buscar las contras por medio de De la Peña y Tamudo, sus hombres más determinantes.

Pero el Madrid apenas les dejó respirar. En el minuto 14, Guti hacía el primero, tras aprovechar una gran jugada de Robinho con pase a Beckham, quien se la puso en su zurda de oro al capitán.

El Espanyol apenas reaccionó al golpe. Todo se limitó a un mal control de De la Peña (que pudo quedarse solo ante Iker) y a una escalofriante plantilla de Costa que no pilló a Beckham de milagro.

Delicatessen blanca
Porque, a partir del minuto 25, el Madrid abrió la caja de las delicatessen. Con Robinho y Roberto Carlos, por la izquierda, y Beckham y Cicinho, por la derecha, percutiendo como martillos pilones por ambas bandas, las ocasiones empezaron a menudear. Abrió el fuego Ronaldo, con hasta cuatro intentos consecutivos (minutos 27, 27, 29 y 30), pero sus tentativas fueron baldías. Al menos, la fiera demostró que estaba despierta. El Madrid deleitaba a su parroquia con cambios de juego estratosféricos, controles increíbles, taconazos... El Bernabéu disfrutaba, pero faltaba la puntilla. La buscó Beckham , pero Gorka envió a córner (32'); y Roberto Carlos, desde el centro del campo, fuera (33'); y otra vez Ronie, tras un jugadón de Zidane, pero volvió a topar con el meta espanyolista, que se estaba ganando el sueldo.

Por fin, el el minuto 42, el Madrid hizo bingo. Fue Zidane (quinto gol de la temporada), tras otro jugadón Robinho-Roberto Carlos. Su remate a bote pronto dejó con el molde a Gorka. El partido parecía resuelto, y prácticamente sentenciado cuando, ya en el tiempo añadido, Ronaldo, por fin, hacía diana, tras la enésima internada por banda derecha de Cicinho. Partido acabado.

Y, por si quedaba alguna duda, ésta se disipó nada más iniciarse el segundo tiempo. El Espanyol salió a presionar más arriba para evitar la goleada, pero quedaba demasiado expuesto a las contras blancas. En una de ellas, conducida por Cicinho (partidazo del '11'), Zidane se sacaba de la manga un latigazo desde 30 metros que dejaba seco a Gorka. Minuto 50. 4-0.

A partir de entonces, el Madrid se dejó ir, aunque no paró de buscar el quinto ante un Bernabéu entregado. Los blancos disfrutaban de largas posesiones, hacían ancho el campo, buscaban el gol ante un Espanyol que con el cambio de De la Peña (min. 58) dio por entregado el partido. También en el Madrid hubo cambios. En el descanso, Pablo García salió por Gravesen; a los veinte minutos de la reanudación, Guti (también de '10') cedía su sitio a Cassano. El italiano, listo como pocos, buscó el gol en un par de ocasiones y cedió un gran pase para que Cicinho buscara el suyo. Antes habían llegado ocasiones para Woodgate (que sacó Jarque bajo palos), Ronaldo (un par de ellas)... El resultado era corto. Baste un dato: El Espanyol hizo su primer disparo a puerta en el minuto 73 (Costa).

Finalmente, llegó el momento de ahorrar energías. El partido estaba sentenciado, los tres puntos en el bote y en el horizonte asoma la sombra del Zaragoza en las semifinales de Copa. Tocaba nadar y guardar la ropa, y eso lo ejecutó a la perfección un Madrid que nunca dejó de enamorar al Bernabéu. El partido dejó varios héroes: Guti, Cicinho, Beckham (que ofreció un máster de golpeo de balón) y, cómo no, Zidane, que sumó un par de muescas más a su fusil. Próxima estación, La Romareda.

05.02.2006 00:24 +0300
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