Sólo cabe esperar cosas buenas
cuando se cruzan dos equipos que están al alza, confiados y optimistas, seguros
de que pueden llegar a la final y convencidos de que, una vez allí, pueden
ganarla. No es fácil encontrar a dos enemigos sin complejos, no es frecuente que
corran el uno contra el otro y ninguno aminore la marcha. Ocurre esta noche. El
Zaragoza ha derribado al todopoderoso Barcelona y eso, junto al buen juego que
se deriva de su hazaña, le convierte en aspirante a todo. El Madrid suma siete
victorias consecutivas y esa tacada le acerca al título más probable esta
temporada; la última vez que los madridistas acumularon ocho triunfos seguidos
ganaron la Liga con Del Bosque.
Así está el partido, primero de una semifinal incierta y encrucijada para dos
equipos que no saldrán de este combate igual que entraron porque agarrarse a la
Copa es mantenerse a flote y soltarla es nadar con marejadilla tirando a alta
marejada. Si el siguiente puerto para el Zaragoza es clasificarse para la UEFA,
para el Madrid es ganar la Champions, nada más y nada menos.
Muchas de las fundadas esperanzas del Zaragoza pasan por la efectividad de su
pareja de ataque, Ewerthon-Diego Milito, que suman 26 goles esta temporada,
trece por barba. Ellos, con estilos muy diferentes (velocidad y remate) pondrán
a prueba la defensa del Madrid, que en todo 2006 no se ha encontrado con una
delantera de tanta categoría, dicho con respeto y amor a todos los que
intentaron cruzar por allí, del Villarreal al Espanyol pasando por el Sevilla.
Prueba de la importancia que Víctor Muñoz concede al choque y a sus arietes es
que en el último partido de Liga (4-3 ante el Betis) les dio descanso en la
segunda mitad.
Sólo una duda. No se reservarán nada los locales y la única novedad, salvo
milagrosa recuperación de Toledo (hoy pasará un último examen físico) es la
alineación en el lateral izquierdo de Aranzábal, que regresa después de cuatro
meses sin jugar por culpa de una lesión.
Más adelante no falta nadie, ni los pistoleros mencionados ni el magnífico Cani,
que por fin se ha descorchado y no para de brotar espuma.
La marcha del equipo ha generado tanta ilusión y expectación en Zaragoza que hay
quien susurra que sólo un mal arbitraje podría desviar al equipo de su objetivo.
Pita Pérez Burrull, de madre aragonesa, pero de mal recuerdo para los
aficionados, aunque con él de juez hayan ganado en Cádiz esta temporada. La
estadística general es más preocupante: en 13 partidos dirigidos por Pérez
Burrull, el Zaragoza sólo ha ganado dos.
Si para el Zaragoza el choque es de campanillas, para el Madrid este es el
partido más grande que juega desde que López Caro se ha hecho cargo del equipo y
le ha cambiado la cara, la primera pista de cuál será la reacción ante lo que
está por venir, el Arsenal y más allá.
Que nadie se deje engañar por tanto por las rotaciones, porque no infravaloran
el encuentro y sólo mínimamente alteran el esquema; me refiero a la entrada de
Salgado por Cicinho, que reducirá el recorrido por la banda derecha a cambio de
fortalecer la defensa. Lo demás es pieza por pieza, y en algunas ocasiones
mejores piezas porque vuelven Sergio Ramos y Pablo García.
El resto de la alineación del Madrid se intuye, aunque admito que sin verdaderas
certezas, porque a López Caro no hay quien le adivine un once y la mayoría de
las veces ni los propios jugadores saben, pocas horas antes del partido, quién
será titular. Y es que el entrenador, en el ensayo previo a puerta cerrada,
combina titulares con suplentes con un criterio jeroglífico que estamos por
descifrar, aunque lleva tiempo. Es por eso que conviene apostar por la
alineación más sensata posible, ya que el técnico lo es: descanso para Zidane,
Ronaldo de titular y Baptista o Cassano en la media punta. Con el italiano probó
ayer. Con el brasileño, días antes.
Poderoso. El aval del Madrid en la Copa es irrebatible: invicto e imbatido.
Tampoco tiene en contra los antecedentes: desde el debut de Raúl en La Romareda
en 1994 (3-2), los blancos han jugado allí once veces y sólo han perdido una,
hace cinco años (2-1).
Gran duelo porque la misión de ambos equipos es ganar, sin especulaciones. Luego
el Zaragoza también deberá preocuparse por no recibir goles, algo que sólo ha
conseguido en una ocasión esta temporada (1-0, contra el Celta).
En la historia de la Copa, nadie ha dejado por el camino, antes de la final, a
Atlético, Barcelona y Real Madrid. El desafío es descomunal: mantenerse a flote
o el océano. |