26/03/2006
MADRID-DEPOR: VIEJAS GLORIAS Y NUEVOS TIEMPOS

Cuarenta y siete kilómetros separan Utrera de Lebrija, lugares de nacimiento, respectivamente, de Caparrós (40 años) y López Caro (43), entrenadores sevillanos de idéntica generación, jugadores sin fortuna, ambos centrocampistas, y luego viejos colegas que coincidieron en los banquillos de Segunda B, grupo 4. Por lo demás, estilos diferentes, uno desbordante y el otro contenido; incluso acentos muy distintos, como si entre sus pueblos hubiera espacio para serranías y llanuras, y no cabe tanto en 47 kilómetros, aunque vaya usted a saber si el acento cambia por la lejanía geográfica o permanece por la proximidad emocional.

Pero tienen un último punto en común Caparrós y López Caro. El primero fue fichado como doctor, para salvar al paciente, y el segundo, como enfermera, para acompañarlo en el lecho. Y esa diferente consideración marca su futuro. A Caparrós le respetan los diagnósticos y a López Caro le discuten las inyecciones.

Muestra de los achaques de sus respectivos equipos es que no hace mucho tiempo, en partidos como el de esta tarde, había títulos en juego. Ahora, el Madrid aspira a asegurarse el segundo puesto y el Deportivo sueña con recortar los siete puntos que le separan de la Champions, aunque en su caso, y por estar en rehabilitación, todos entienden que no sería ninguna decepción jugar la UEFA.

Con esos objetivos saltarán ambos conjuntos hoy al Bernabéu, estadio que, por cierto, sale retratado en las mejores fotos de la historia del Deportivo, pues sobre el césped que pisará esta tarde, conquistó el club dos Copas del Rey y una Supercopa de España.

Cierto equilibrio. En principio, la estadística iguala el choque, pues enfrenta a un Madrid que no conoce derrotas en 2006 en su estadio (en Liga), contra el mejor Depor a domicilio de todos los tiempos: ocho victorias, tres empates y otras tantas derrotas. Una trayectoria imparable si no fuera por el desplome que ha sufrido el equipo en Riazor.

Sin embargo, más allá de los números, en las últimas horas el Deportivo ha sufrido contratiempos. Caparrós no podrá contar con Juanma (dos goles a los blancos en la primera vuelta) ni con Romero, ambos lesionados de última hora. Eso le obliga a retocar la formación entera, que, pese a todo, tiene buen aspecto, pues en el once todavía se recitan nombres clásicos y sugerentes como Sergio, Víctor, Tristán o el renacido Munitis. En este último caso, el Bernabéu vuelve a ejercer de estimulante. Hace seis años, con la camiseta del Racing, Munitis completó allí uno de los encuentros más formidables que se le recuerdan a un visitante. Tanto, que le fichó el Madrid.

El caso de Tristán es bien distinto: jamás ha marcado en el Bernabéu en Liga (sí lo hizo en la final de Copa) y su presente temporada transcurre entre gotas de talento y prolongadas ausencias. Quién sabe si lamenta que la llegada de Florentino a la presidencia del Madrid frustrara en 2000 una contratación a la que sólo le faltaba la firma. Pese a todo, Tristán es el máximo goleador del Depor, con diez tantos, cuatro de penalti.

En el Madrid habrá cambios con respecto al último encuentro en Zaragoza. Según lo ensayado durante la semana, Cicinho volverá al lateral, Zidane será mediapunta y Raúl seguirá en el banquillo de inicio. Guti también regresará, una vez cumplida su sanción, y tal vez es esa la novedad que más vuelo ofrece al equipo. Así dispuesto, con Beckham y Robinho en los flancos y Ronaldo en la punta, resulta difícil imaginar un rival que se le resista al Madrid en el Bernabéu, pero los hay. Esa es la diferencia entre tener planta y saber qué hacer con ella.

Fenómeno. No obstante, a pesar de la concentración de estrellas, los focos se volverán a concentrar en Ronaldo, cuyo gol en La Romareda todavía echa humo por el cañón de su revólver. Por algún extraño motivo, su figura inspira ansiedad o entusiasmo, sin admitir términos medios, del mismo modo que en su estado forma sólo se admiten rachas o terribles sequías, sin que haya sitio para regularidad alguna.

No habrá Liga, pero todavía hay Mundial y más allá futuro, Ancelottis, despidos y renovaciones. Nadie se libra de eso. Por eso partidos como el de hoy siguen teniendo algo de gran final.

26.03.2006 06:25 +0300
as.com