Da la sensación, desde
la distancia y la ignorancia, de que Ronaldo Luiz Nazario está acabado.
Muchos se frotaron las manos cuando antes de que el Madrid comenzara a
jugar su eliminatoria de octavos de la Champions ante el Arsenal, el
crack brasileño pusiera una bomba en los despachos del Bernabéu. Dijo no
sentirse querido por su público, cosa que se celebró como un título en
el Camp Nou. ¿Por qué? Pase lo que pase y pese lo que pese, el delantero
del Real es el más temido del eterno rival.
Mucha gente aún tiene en la memoria los goles que hizo Ronaldo vestido
de culé. Inolvidables. El que anotó en San Lázaro al Compostela fue
sensacional, pero la gente aún vibra (y el culé que diga que no, miente)
cuando pueden ver escondidos en sus casas los que logró ante el Valencia
y el Deportivo en el Camp Nou. Si en aquellos días no se hundió el
recinto azulgrana no lo hará nunca. Levantarse, correr y anotar en menos
de cinco segundos no está al alcance de casi ningún futbolista. Y mañana
Ronaldo estará en Barcelona. Presente. Mientras unos se ríen de las
desgracias blancas, los otros ya rezan por que el crack no esté
inspirado. |