Después de la expulsión
de Roberto Carlos sabía que López Caro iba a quitar a Robinho. El
negrito daba la sensación de que no estaba en el partido, estaba
inseguro, no con miedo, pero parecía que estaba en otra cosa. La misma
sensación me dio Zidane o Beckham. Ninguno estaba en su día. Por eso el
cambio me pareció acertado, era lo que menos problemas plantearía al
técnico. Lo de Roberto fue inexplicable. Se quiso echar, pero también es
en parte culpa del árbitro, que pitó un penalti inexistente. El
brasileño reaccionó como un ser humano. Ahí no cuentan los 500 partidos
en Primera. Su reacción fue pura y exclusivamente hacia el árbitro, que
quiso que el Barcelona jugara 11 contra 10, y ahí estuvo la diferencia.
Hacía mucho tiempo que no veía jugar al Madrid con los dientes apretados.
Fue un partido de barrio. El Barcelona atacó todo el encuentro, con un
Puyol que entraba con mala fe hasta que Dios le castigó. Ronaldinho y
Deco también jugaron el partido como cargando al Madrid, pero este punto
que sacan los blancos es producto del trabajo de Iker y Ronaldo, que es
un crack. El brasileño está con toda la pólvora, con toda su juventud
encima. Y muy a pesar de árbitro el punto lo saca Iker, con una seriedad
interna que va creciendo y que ya es muy llamativa. Por momentos dio la
sensación de que es imbatible.
El que le hacen a Ronaldo fue más penalti que el de Roberto Carlos.
Medina también se traga el penalti de Gravesen con la mano, cuando
estaba a dos metros, porque sabe que antes se había equivocado. Puede
que el único error de López Caro fue no sacar del campo antes a Zidane.
No era un partido para no perder, sino para ganar. Yo hubiera apurado en
dar minutos a Raúl y Cassano y Caro eligió a Gravesen. No creo que le
sirva de mucho. La Liga y su puesto están perdidos... |