No le hizo falta a Ronaldo hacer un sprint,
ni a Ronaldinho deshacerse su trabajado peinado, ni a Roberto Carlos
lanzar uno de sus temibles mísiles. Fue mucho más sencillo que eso. A
Brasil le bastó con jugar con una pierna para doblegar a una
voluntariosa pero débil Nueva Zelanda en su último partido de
preparación para el Mundial. Si por intensidad fuera, Parreira debería
estar disgustado con sus jugadores. Pero no será el caso. A su equipo le
es más que suficiente jugar así para ganar -para golear, más bien- a
rivales como Nueva Zelanda. Y al hablar de los oceánicos se puede hacer
también de la inmensa mayoría de naciones del mundo, a excepción de la
media docena de conjuntos que, si se alinean los planetas, son capaces
de hacer frente a los brasileños.
Esta vez simplemente fue necesario que Kaká se animase mediada la
primera parte para decantar y dar por finiquitado el choque. El
milanista, escorado a la banda derecha ante el cegador brillo de
Ronaldinho, desbordó al lateral y le regaló a Ronaldo el gol que abrió
el marcador. Sólo le faltó a Kaká ayudarle al madridista después a
colocarse bien las botas, su verdadera preocupación durante toda la
tarde. Nueva Zelanda bajó entonces la cabeza, miró al luminoso y se dio
cuenta de que los 50 minutos que aún restaban se iban a convertir en un
auténtico suplicio.
La siguiente acometida estuvo protagonizada por otro actor, Adriano,
pero tuvo el mismo fin, el gol. Brasil, sin pisar el acelerador, ya
tenía el encuentro bajo el brazo y la lógica decisión de Parreira de dar
descanso a sus hombres más importantes dejó patente otra de las grandes
virtudes de la canarinha. Se fueron Ronaldo, Emerson, incluso Ronaldinho,
pero entraron Robinho, Juninho, Cicinho. Jugadores de primer orden
mundial, talentos inalcanzables para las demás selecciones. Cambios que
no restan, sino que más bien suman, y que cierran partidos tan
esponjosos como el de ayer.
Parreira: "Australia será parecida a Nueva Zelanda"
"Con el 2-0, hemos tenido hambre por marcar 4, 5 ó 6 goles. Estoy
realmente satisfecho con el número de ocasiones creadas y de las
numerosas presencias dentro del área. Si no hemos logrado más tantos ha
sido por las buenas defensas realizadas por nuestro rival. Nueva Zelanda
es un equipo muy parecido a Australia, con una calidad bastante parecida,
pero con un poco menos de fuerza física. Los australianos son muy
fuertes. ¿Actitud? Estoy contento por el número de ocasiones creadas, me
hubiera gustado ser un poco más elásticos, actuar más como equipo. Dida
apenas ha tenido trabajo y creo que si estamos atrás tan concentrados no
pasaremos apuros". |