Ronaldinho Gaúcho, el mejor futbolista del
mundo, mostró hoy su lado oculto durante la intensa práctica que la
selección brasileña cumplió bajo un justiciero sol.
Todo por culpa de un cinturón elástico fijado en un extremo a un poste
que al abrirse en el otro lado, de la cintura del jugador, golpeó con
fuerza su trasero. Los gestos de dolor mezclados con su eterna sonrisa
sucedieron al impacto.
La dinámica que obliga a cada jugador a estirar al máximo la cinta de
hule antes de soltarla de su cintura y emprender una carrera entre
varios obstáculos intercalados fijados al frente, concentró la mayor
parte del tiempo del entrenamiento, el primero en Koenigstein que se
registró con un agradabilísima temperatura de 23 grados.
Tras el impacto, el jugador de 26 años caminó algunos pasos frotando con
ansiedad su parte que menos recibe sol y a continuación, sin mucho pudor
pero escudado por algunos compañeros, levantó un poco su camiseta y bajo
"a media asta" su calzón para verificar si todo estaba en orden.
La escena, captada por fotógrafos, mostró durante algunos segundos al
media punta girando sobre su propio tronco con la vista en sus posaderas,
a Ronaldo al lado como espectador, a Robinho atrás como auxiliar del
examen y a Zé Roberto un poco más distante, atento al procedimiento.
El incidente con el elástico que pone a prueba la potencia de los
jugadores llevó a uno de los médicos de la selección a aplicar una
especie de crema en las nalgas del célebre jugador y a ofrecer a
continuación un masaje.
El rostro relajado de Ronaldinho Gaúcho confirmó el alivio y minutos
después se reintegraba a la exigente dinámica programada hoy para los
jugadores. |