El recuerdo de Saint Dennis'98 preside las
horas previas de este Brasil-Francia, el cuarto soñado por los españoles:
¡qué locura nos hemos perdido! Los franceses se relamen con aquel 3-0 y
el Zizou más imperial; los brasileños recuerdan la enfermedad de Ronaldo,
que lastró al equipo en su final más triste. Hoy los dos últimos
campeones juegan más que una revancha: para la mayoría de sus grandes
éste será su último Mundial. Zidane, seguro. Ronaldo, ¡quién sabe! En
cuanto todo acabe empezará otra historia. La de Robinho y Ribèry, por
ejemplo. Espera la semifinal.
Asumiendo aquello de que equipo que funciona no se toca, Raymond
Domenech repetirá el once inicial que alineó frente a España. Las
molestias de Zidane, que apenas se entrenó desde el partido en Hannover,
son más de sobrecarga y precaución que otra cosa. Brasil tiene dos
problemas. Uno, Emerson, cuya lesión dará paso a Gilberto Silva con casi
toda seguridad: bueno para Brasil. El otro, Kaká. No está fino, pero
para perderse este partido debería tener una pierna rota. O las dos.
Parreira dice que ha tomado buena nota de la estrategia francesa ante
España y presume de tener el antídoto. Si es así, tratará de que su
equipo abra el juego por las bandas y huya del embudo que montan Vieira
y Makelele en el centro del campo y abriga a Barthez y compañía, zaga
poco fiable según los expertos. Necesitará el mejor Ronaldinho,
considerado por los lectores de Folha de Sao Paulo como la gran
decepción del Mundial. En cambio, eligen a Ronaldo como el mejor de su
equipo. ¡Quién lo iba a decir hace sólo un mes!
Ojo a Ribèry. Francia, como hizo ante España en octavos, saldrá a
esperar y a lanzar a Henry y Ribèry, su mejor jugador arriba ahora. Y a
que Zidane siga demostrando que se va del fútbol, porque para los
grandes es mejor un punto final a tiempo que un punto seguido discutible.
Brasil saldrá a ganar, de eso no cabe ninguna duda. ¡Gran noche para el
fútbol y la nostalgia!
Brasil se entrega a Dios los días previos a los partidos
Según ha podido saber AS, en la víspera de los encuentros del Mundial
hay en la concentración de Brasil una actividad programada que nada
tiene que ver con el fútbol: Lucio, Kaká, Ze Roberto, Cris, Luisao y
Mineiro pertenecen a la congregación evangélica de los atletas de Cristo
y todas las tardes previas a la disputa de un partido mantienen charlas
religiosas con el resto de sus compañeros. "Hablamos de Dios, intentamos
responder porqué estamos aquí y estudiamos la Biblia todos juntos",
confirmó a este periódico uno de esos jugadores. Su unión con Dios llega
al punto que en los instantes previos al encuentro Kaká abre los brazos
y le pide a la divinidad que le dé fuerza. |