Definitivamente, lo de Brasil es un exceso.
Llega un nuevo seleccionador, Dunga, que se encuentra con el mal momento
de Adriano y la lesión de Ronaldo, y se saca de la chistera una
combinación de ataque con Kaká, Ronaldinho, Robinho y Sobis, que tampoco
está nada mal. Luego resulta que se le cae de la lista uno de los
puntales del centro del campo, Gilberto Silva (ayer mismo pidió permiso
para dejar la concentración por un problema personal), y no le tiembla
el pulso para convocar al jovencísimo Denílson, un jugador de 18 años
recién cumplidos que llegó hace unos meses al Arsenal procedente del Sao
Paulo. Wenger sólo ha puesto a Denílson 15 minutos en un partido de la
Copa de Inglaterra (fue ante el West Ham) porque considera que está en
proceso de formación. Pues a Dunga le da lo mismo. Ayer por la noche
hizo venir al chaval desde Londres y está dispuesto a sacarle hoy ante
Suiza, una de las selecciones más rocosas del pasado Mundial de Alemania.
Pero hay más. El azulgrana Edmilson se lesionó, y tardó diez minutos en
llamar a Tinga, que juega y reluce en el Borussia de Dortmund.
Poderío
Y también son sorpresas en la selección de Brasil Fernando, del Burdeos,
y Carlinhos, lateral izquierdo del Santos que compite con el recién
madridista Marcelo por hacerse con el puesto que ha dejado libre Roberto
Carlos. Y hablando del Santos, esta noche volverán a juntarse en Suiza
las dos últimas joyitas que tuvo el equipo de Pelé: Diego y Robinho. Se
entienden a ciegas y verles jugar es un placer.
Lo dicho, Brasil va sobrado, porque además Dunga también tiene en Suiza
a Dudú, Maicon, Daniel Carvalho, Oliveira... y Juninho Pernambucano a
punto de volver. ¿Quién da más? |