El partido sirve. Material y
filosóficamente. Aunque el dinero no nos mueve (por desgracia), no hay
que olvidar que la UEFA premia la victoria con 600.000 euros. Pero lo
más importante no es eso, la calderilla. Es la oportunidad que se ofrece
a muchos futbolistas para convertir Kiev en referente de sus carreras,
en su Odessa particular, esos lugares que no significan nada hasta que
allí nace alguien, un gato, por ejemplo. Fue el caso de García Remón,
que hace 33 años encontró allí fama y apodo: el gato de Odessa. Contaba
22 primaveras. Su rival: el Dinamo de Kiev, autoexiliado en busca del
sol.
Sin embargo, el encuentro no es sólo una oportunidad para los canteranos,
nueve en la expedición. Beckham, Ronaldo y Cassano se juegan, en mayor o
menor medida, crédito. Un buen partido les reenganchará en el tren de la
ilusión colectiva y un mal choque animará a los que dudan. Para los tres,
el Dinamo pone a prueba su capacidad de ilusionarse: enfrentamiento sin
puntos, sin demasiado glamour, con bastante frío (entre dos y cero
grados) y con niños alrededor.
La alineación todavía es una incógnita. De la Red habló en rueda de
prensa (síntoma de titularidad), pero rompiendo con los pronósticos
Capello vistió ayer con el peto rojo que identifica al presunto once
inicial a Diego López; Salgado, Sergio, Mejía, Roberto Carlos; Beckham,
Diarra; Mata, Nieto; Cassano y Ronaldo.
Un equipo atractivo en el que sorprende la inclusión del asturiano
Sergio, fichado del Oviedo como rutilante promesa y que sólo ha
disputado 180 minutos en dos años, ninguno esta temporada. La presencia
de Mata es estimulante, porque se trata del chico más eléctrico y
apasionado del Castilla. Nieto, un extremo derecho que procede el equipo
de Tercera, es el ojito derecho de Capello. Al chico le avalan los
números: tres goles y tres asistencias.
También se espera que tengan su oportunidad otros castillistas, entre
ellos, Adrián González, del que Michel es padre y entrenador. El
muchacho es técnico y luce una buena zurda; lo demás está por ver y
apetece verlo.
Los antecedentes apoyan al Madrid, claro: venció al Dinamo en el
Bernabéu por 5-1. Además, los ucranios sólo han sumado un empate en el
grupo (en Bucarest) y finalizarán la liguilla en última posición. Como
ocurre muchas veces, el desastre no es extensible a su Liga, donde son
líderes.
En el equipo de Demianenko será baja el brasileño Rincón, lo que deja a
Milevskiy como el futbolista más relevante: fue el autor del gol en el
Bernabéu y por él se pelearon en el pasado verano Dinamo y Shaktar.
Jugadores así recuperan el viejo espíritu del club, desvirtuado por la
acumulación de extranjeros de segundo nivel.
Aunque hace 20 años que ganó la Recopa (ante el Atlético), el Dinamo
sigue siendo el único club de la antigua Unión Soviética que ha logrado
un título continental. Tiene prestigio. Y lo recuerda el nombre del
estadio, dedicado al mítico Lobanovsky, el técnico que elevó al equipo y
descubrió a Blokhin, Belanov y Shevchenko.
Pean, así se escribe Real en el alfabeto cirílico y así se anuncia en
Kiev la visita del enemigo. La aristocracia obliga. El honor también. |