Ronaldo ha recuperado en Milán la sonrisa
pícara y la muestra al hablar de sus objetivos. En esta segunda parte de la
entrevista lanza un reto: anotar diez goles este año.
Acabábamos ayer con que usted no ve a Kaká en el Madrid.
No, la verdad. Tiene cinco años de contrato, casi cada temporada se lo han
revisado, está feliz aquí en lo deportivo, en lo económico Me extrañaría mucho
que se fuera.
Además, si le pide a usted consejo... Pero el año que viene pinta que tampoco
va a seguir Capello en el Madrid.
No me interesa nada del futuro de este señor.
¿Y el suyo? ¿Cuántos goles espera meter en el Milán?
Firmé aquí por el año y medio que me quedaba en Madrid; no me planteo más
que ese tiempo. Y sobre los goles, ponga que diez. Marcaré diez hasta el final
de temporada.
Su relación con el presidente Calderón, con Mijatovic, ¿qué tal fue, qué tal
es?
Con el presidente fue mejor cuando era directivo, llegamos incluso a jugar
juntos al golf varias veces. Después, cuando estuvo arriba, todo cambió a peor.
Mijatovic se portó bien, pero tuvo un tono distante incluso con el resto de
jugadores. No ha estado de parte del vestuario precisamente. Él creía mucho en
mí y se quedó triste cuando me traspasaron, pero no hizo mucho por cambiar la
opinión de Capello, que es quien lo decidió. El final fue muy triste: incluso
tuve que pagarme la operación de rodilla, la del pasado verano. Baldini (mano
derecha de Capello) me dijo que la pagaba o no había traspaso. Pagué, claro.
Veinticuatro mil euros, una ridiculez en el mundo del fútbol profesional. Y eso
que la intervención se realizó con el consentimiento de los médicos del Madrid y
de la selección brasileña.
Por lo que me dice, poco debe añorar de Madrid
Añoro sobre todo a mi hijo, que se quedó allí. Le echo de menos, y a los
amigos, claro.
Su presidente ideal seguirá siendo Florentino.
Absolutamente. Lo mejor que le podría pasar al Madrid es que volviera.
¿Y Brasil? ¿Creen en usted? Se lo pregunto porque Dunga no le ha llamado
desde que es seleccionador.
No me preocupa eso ahora. Estoy volviendo a jugar. Si en el futuro considera
que le puedo ser útil, me llamará. Es complicado que te llame tu selección si
apenas juegas.
Pues hubo un momento en que sí pareció que podría contar usted para Capello.
No, para nada. Lo parecería, pero no fue verdad. Ni cuando me entrené mal ni
cuando lo hice bien. Por eso acabé marchándome. Lo que quiero es jugar, no estoy
ya en edad para perder el tiempo. Me hubiera encantado acabar mi contrato en el
Santiago Bernabéu, pero no fue posible.
Hablando de brasileños: Robinho dice ya que si sigue Capello él se va, pero
lo fuerte es lo de Emerson. Me recordaba el otro día Petón que Guardiola llegó a
decir que Emerson ha sido uno de los tres centrocampistas que más le han
impresionado. ¿Qué cree que le está pasando?
Leí unas declaraciones suyas hace un tiempo en las que decía que la gente del
Madrid pensaba que había vuelto Zidane. La verdad es que Zizou sólo hubo uno y
se marchó. Emerson es sobre todo un recuperador y como no le falta técnica, pues
es cierto que estamos ante un gran mediocampista. Quizá esperaban otro
futbolista, sí. Pero me parece temerario discutir su valía.
Un día, el del Bayern Múnich en el Bernabéu concretamente, se negó a salir.
Eso no me lo creo. Lo de los cambios era otro lío en el club. El preparador
físico nos decía que, tras el descanso, debíamos salir de tres en tres a
calentar cada seis minutos. Pero sin que Capello lo ordenara.
O sea, que el que salía en el minuto tres podía estar calentando hasta que le
reventaran las botas de la calentura.
¡Je, je! Más o menos. Entonces sí le dijimos que no nos hiciera eso, que si
el míster ordenaba calentar lo hacíamos encantados, pero salir a trotar porque
sí, ni hablar. De ahí a pretender que Emerson se negara a jugar va un mundo.
Hablando del mundo: el lunes se juega en Marsella el partido entre sus amigos
y los de Zidane a beneficio de la UNICEF. ¿Qué supone para usted ser embajador
de la ONU?
Algo tan importante que mi futuro lejos del fútbol irá por ahí. Mucho de mi
tiempo lo dedicaré a esta causa, que es la lucha contra la pobreza. Alcanzamos
la cuarta edición y lo hacemos en casa de Zidane, por lo que me imagino que el
Velodrôme estará lleno y los niños necesitados tendrán un buen regalo. Hasta
ahora ha ido todo de maravilla. Empezamos dedicando el primer dinero a los niños
de nuestros países, Brasil y Argelia, que es donde tiene su origen Zizou. Luego
nos expandimos por África y por Asia. Lo acabamos dejando en manos de las
Naciones Unidas, pues ellos tienen parte de su organización dedicada a estos
asuntos.
¿Quién jugará?
Mucha gente. Del Madrid sé que vienen Sergio Ramos y Emerson. Como es semana
de selecciones hay gente que no puede acudir, pero que recuerde estarán
Costacurta, Dida, Serginho, Ibrahimovic, los españolistas Tamudo, De la Peña y
Kameni, Valdés y Belletti por el Barça Un montón de buenos amigos, porque esto
no es un partido, aquí no hay perdedor: ganan los niños. Los entrenadores de mi
equipo serán Carlo Ancelotti, que llegará con nosotros desde Milán, y Vicente
del Bosque, al que invité personalmente.
En Milán está el Inter: le llaman traidor.
Ya.
¿Y?
Me vendieron, amigo. El Madrid llegó y cobraron un buen dinero, unos 38
millones de euros creo recordar. Me fui porque me vendieron.
¿Dudaron los interistas de sus rodillas? Usted se rompió por dos veces el
tendón rotuliano, una lesión más temible que la famosa triada. ¿Siente que no se
valoró su esfuerzo para volver?
Sí se valoró, yo lo siento así. Me recuperé la primera vez y jugué para el
Inter.
¿Héctor Cúper fue superior a sus fuerzas?
No congeniamos, pero el asunto fue que me volví a lesionar, me recuperé,
llegó el Madrid y me vendieron. Esto es como el amor: cuando el primero te
abandona y después ve que te vas con una amiga suya, pues se enfada.
Su primer amor, el segundo si pensamos que a Europa lo trajo el PSV Eindhoven,
fue el Barça. ¿Se arrepintió de dejar Barcelona?
No. Ellos saben que no se portaron bien y la prueba está en que me quisieron
recuperar tiempo después. Yo firmé un contrato largo con el Barcelona, pero al
final del primer año no fueron honestos conmigo.
Entonces a usted le representaban los agentes brasileños Martins y Pitta, que
acabaron en la cárcel. ¿Le embolicaron la vida?
Conmigo no hubo problema, acabaron en la cárcel y es cierto, pero fue por
asuntos suyos en Brasil con los que no tuve nada que ver.
¿Sigue pasando allí que un agente se hace con los derechos de un joven
jugador de doce o quince años y lo tiene casi en propiedad?
Ya menos, pero sigue habiendo casos que es así.
El caso es que ha jugado usted en cinco equipos y no hay manera de que gane
la Copa de Europa. ¿Es su gafe?
Espero ganarla el año que viene, pues éste lo haría como espectador, como
hincha de mis actuales compañeros. Y sí, es la única competición que se me
resiste. Gané los campeonatos que se disputan en España e Italia, la Recopa, la
Copa de la UEFA, todo lo que se puede ganar con Brasil. La vez que más cerca me
quedé fue con ocasión de aquella semifinal con la Juventus.
Del Bosque no se atrevió a ponerle de titular, salió desde el banquillo,
provocó un penalti y Buffon se lo paró a Figo. ¿Se siguen hablando?
Sí, de vez en cuando nos hablamos, más ahora que vivimos en la misma ciudad.
Y sí, aquella noche no tuvimos suerte. Aquel penalti, de transformarse, nos
habría dado quizá la final y quién sabe lo que hubiera sucedido.
Era la mejor época de la galaxia y usted perdone por la palabreja.
Sí, probablemente.
¿Y lo de los Zidanes y Pavones, era realizable o un sueño magnífico y sólo
eso?
Era y sigue siendo posible. A mí el modelo de Florentino me gustaba. Era
excitante y puede resultar. El Bernabéu vivió grandísimos momentos entonces.
Pero los Pavones se quejan de que no les daban bola.
No, mire, eso no lo puedo admitir. Un jugador llega al primer equipo del
Madrid porque vale. Y rompe a los 17 años o a los 22, pero rompe y se hace un
hueco. Los que tienen talento se abren paso.
Casillas, Guti, Raúl...
Por ejemplo.
Igual entonces es que la cantera no ha estado bien trabajada.
Lo cierto es que si un chico de la casa vale, juega.
Por ejemplo, Leo Messi. Si usted es el Fenómeno, el rey, ¿cree que tiene ya
heredero?
Pienso que tenemos grandes futbolistas. ¿Un ranking? Hoy día, y por este
orden, Kaká, Messi y Ronaldinho.
¿Y de lo que ha visto?
Van Basten y Maradona, aunque no me enfrenté a ellos. Por lo que compartí,
como compañero y como rival, Zidane.
¿Sin esas lesiones suyas tan graves, todos esos, Pelé inclusive, hubiesen
sido bogardes a su lado?
¡Je, je! No sé qué decirle. Que aquellos percances a los 23 años me cortaron
la progresión, seguro. Así es la vida.
La vida, la suya, ha tenido mucho que ver con las mujeres. Puesto que
empezamos ayer hablando de ellas, terminemos hoy igual.
Mire que yo estoy soltero y sin compromiso...
Ya.
En todo esto ha habido mucha fábula. Yo no he vendido una exclusiva, no he
salido en el ¡Hola!, no he expuesto mi intimidad a los focos. Se han escrito
muchas exageraciones sobre las mujeres y Ronaldo.
Claro: como que usted siempre dice que la importante en su vida es su madre.
Desde luego.
Dicen los clásicos: si los futbolistas no se desmadran a los veintipocos años,
¿cuándo lo harán, a los 50?
Bueno Yo espero seguir en forma a los 50.
Oiga Ronaldo, en serio: ¿qué le pone más, el polvo del siglo o meter el gol
de la victoria?
Lo ideal es meter el gol de la victoria y celebrarlo después ¡Lo que se dice
bien celebrado!
Gracias, fenómeno.
De nada, ha sido un placer. |