De todas la mitologías que generó el Maracanazo, la frase de Ghiggia,
autor del segundo gol, resume como nada aquel día en que Uruguay paró el
reloj de la historia del fútbol: "Apenas tres personas, con un único
gesto, acallaron Maracaná: Frank Sinatra, el Papa Juan Pablo II y yo".
Aunque han pasado cincuenta y siete años, para los brasileños, que desde
entonces juegan de amarillo y azul por superstición, aquel episodio
histórico sigue siendo una pesadilla inmortal. Pasan las generaciones y
un enfrentamiento contra Uruguay sigue siendo una manera de echar un
poco más de tierra a una tumba que nunca acaba de cerrarse.
Las primeras palabras que mencionó Robinho cuando le preguntaron por
Uruguay fueron "tradición e historia". A Robinho también le habrán
contado que aquel día algo de Brasil murió: lágrimas de la torcida,
suicidios, jugadores que no podían ser reconocidos por la calle por
temor al abucheo, el portero Barboza penando por los goles encajados
hasta su muerte como cuidador del campo, el país de la alegría
compungido por un simple juego de pelota Nunca un partido engrandeció
tanto el fútbol en términos de leyenda. Robinho tendrá que abanderar
esta nueva revancha en el tiempo porque si Argentina es el rival por
naturaleza de Brasil, Uruguay lo es por sentimientos. Mientras con los
argentinos pelean por la hegemonía del fútbol suramericano, con los
uruguayos lo hacen por vengar la memoria del Maracanazo.
Mito y castigo
Para los charrúas, medirse a Brasil es recordar que aquel 16 de
julio de 1950 en el que Máspoli, Varela, Schiaffino, Ghiggia, Míguez y
compañía fundaron el mito charrúa. Para las generaciones actuales supone
defender ese mito y demostrar que aquello no fue casualidad. Y de alguna
manera también es un castigo porque cuando pierden siempre les recuerdan
que once mitos vestidos de celeste escribieron la historia de las
historias cuando estaban destinados a ser protagonistas secundarios.
Claves del partido
contención: Pablo García y sus
escuderos aseguran equilibrio y contención en el mediocampo uruguayo.
Brasil deberá ser creativa.
pólvora: La han recuperado los
dos equipos, tras golear Uruguay a Venezuela (4-1) y Brasil a Chile
(6-1).
cansancio: A estas alturas de
temporada y campeonato, el fuelle en los minutos finales decantará el
partido.
Ases a seguir
Forlán: Ha sido resolver su
fichaje por el Atlético y ponerse las pilas. Marcó dos ante Venezuela y
promete más.
Baptista:
Está jugando en su lugar favorito, por detrás de los dos
delanteros, y llega con mucha fuerza.
Altas y bajas
• Recoba está completamente recuperado y Tabárez podrá contar con todos
sus hombres.
• Dunga se quedó ya sin Fred por una lesión, pero tiene sano y sin
sanción al resto del equipo. |